Mio - Sanwoo +18

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Wooyoung llevaba muchas bolsas, Mina intentaba sonreír, San pago todo en efectivo definitivamente el dinero no parecía problema para él, pero el no tenerlo en ninguna cuenta le llamaba la atención, definitivamente no podría haber conseguido ese dinero de forma limpia.

Mina se sorprendió al ver la forma tan atrevida de vestirse de Wooyoung, empezaba a notarlo poco a poco, no eran personas normales, definitivamente algo había detrás de todo eso.

—Niño bonito, irás adelante.

—Pero...

—No estoy bromeando —se le pegó para tomarlo de la quijada fuertemente—, te subirás al maldito auto y vas a abrir las piernas para que pueda ver mejor ese culito.

Wooyoung sonrió.

—Lo haré cuando dejemos a Jinhwan —le dio una lamida descarada al dedo que tenía posicionado cerca de su labio.

—Bien.

San lo soltó para luego indicarles que se suban al auto.

—Esta vez iré adelante, Mina, debes haber observado bastante ya.

—Claro, no hay problema, más bien, muchas gracias por todo.

—No hay de qué, es un pequeño regalo.

Mina se sentó a lado de Jinhwan, San parecía no poder quitar la mirada de Wooyoung, tan intensa. Primero dejaron a Jinhwan en su casa. Este sólo se despidió educadamente antes de irse. Mina pensó en indicarles a dónde ir cuando vio que el carro iba en la dirección justa. No supo que hacer o decir.

San llegó hasta su casa, Mina sintió una corriente eléctrica recorrer su espalda.

—Espero que volvamos a salir pronto Mina. Fue muy divertido hoy —Wooyoung sintió la mano de San sobre su pierna con una sonrisa.

—Bájate del maldito auto, ahora —le dirigió la vista, una mirada fría que hizo que su sangre se congelará, tomó las cosas y se bajó del auto.

Wooyoung sintió como San sin descaro tomó aquella falda para levantarla bruscamente, lo tomó de las caderas para ver su respingo trasero.

—San —se quejó Wooyoung.

—Abre las piernas Wooyoung, muéstrame el culo.

—San... Mmm... —no pudo decir más cuando San le dio una fuerte nalgada.

—Quiero ver tu culo, perra.

Wooyoung obedeció de inmediato, sabía que cuando San se excitaba no había nada que pudiera detenerlo. Separó ambas nalgas dándole a San lo que quería.

Sin ningún descaro, dio una lamida.

—Oye... San... ¿Si llaman a la policía?... Ahhh...— elevaba el trasero aún más.

—Te vas a sentar bien y sabes que hacer.

Wooyoung obedeció inmediatamente. Se sentó correctamente mientras San liberaba su duro miembro. Sonrió antes de dejar un beso en su mejilla, San no pudo evitar sonreír.

—Veamos cuánto duras, Sannie —el reto estaba presente en su voz.

San bufó.

Se acomodó bien para dar una lamida a toda su extensión, San encendió el auto. Tiró su cabeza hacia atrás, tenía que concentrarse, se acomodó bien en su silla pero Wooyoung hacía un excelente trabajo.

Chupaba con ganas, besaba la cabeza de su pene con una sonrisa.

—Mira el puto camino —le susurró cerca de su pene.