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Dos disparos se escuchaban, una sonrisa acompaño la acción, estaba cansado, ¿Qué parte de "no toquen lo que es mío" no habían entendido? Se preguntaba San.

Tiró el arma a uno de sus secuaces, su cabello bien peinado hacia atrás y una mirada con la que parecía querer asesinar a medio mundo aparecía. Llegaría a su casa y definitivamente debía castigar a Wooyoung.

A penas pisó el interior de su casa sintió un dulce aroma, era un perfuma delicioso, sonrió, ni por eso se iba salvar.

Quitó su camisa la cual tenía manchas de sangre esparcidas por todos lados, frunció el ceño, era de sus camisas favoritas y por supuesto, demasiado costosa. No, nunca dejaría pasar algo así.

Subía las escaleras cuando escuchó esa voz tan sublime, tarareaba algo, abrió la puerta con un golpe, su furia no podía ser controlada.

  — Hablamos de esto —dijo acercándose a Wooyoung, quien tenía una sonrisa coqueta, iba vestido de manera insinuante, usaba el choker que a San tanto le gustaba.

Tomó su rostro con una mano, Wooyoung puso su mano sobre la de San.

  —Yo no hice nada —dijo seguro—, él me besó.

  —Pues no lo volverá a hacer —escuchó una risa de Wooyoung, una de esas que tanto amaba, sonrió, ¿Por qué mierda no podía enojarse con él?

  —San —dijo aún con una sonrisa, San le sonrió de lado.

Lo tomó bruscamente del brazo y lo dirigió a su habitación.

  —No pensarás hacérmelo así de sucio Sannie —tocó su pecho desnudo—. Me puse bonito para ti.

  —Hoy no tienes derecho a pedirme nada —lo sujetó fuertemente del cuello —. Si quiero voy a golpearte como la perra que eres Wooyoung.

Una mezcla de exitacion y rabia en la voz de San se hacían presente, Wooyoung sabía que lo había hecho enojar, este sonrió divertido.

Lo desvistió rápidamente, no podía soportar más, Wooyoung lo calentaba demasiado, recordó cuando este no era más que un cualquiera para él, aquellos días en los que Wooyoung se hacía el difícil, no pudo evitarlo, fue su rebeldía la que lo hizo débil ante él.

  — ¿Dos años han pasado y no aprendes maldita zorra? — Wooyoung estaba completamente desnudo abajo suyo, aún con aquella sonrisa que amaba y odiaba al mismo tiempo. A San la imagen de Wooyoung con tan sólo ese choker era jodidamente caliente.

  —Eres un maldito sucio, encuentras cualquier excusa para hacerlo de esa forma —respondió bajo la inquieta mirada de San.
 
San lo tomó del rostro fuertemente.

  —¿Con quien mierda crees que estás hablando? —era condenadamente sensual que le contestara pese a saber que estaba en aprietos, odiaba que Wooyoung oliera tan bien, que su cuerpo estuviese tan cuidado, que parecía mantenerse arreglado solo para tentar aún más a su lado más salvaje —.Te lo hago como me da la gana Wooyoung, más te vale quedarte quieto esta semana, sabes que vendrán reuniones importantes, si te atreves a arruinar mis planes...

  — ¿Qué? ¿Me vas a coger hasta matarme? —se atrevió a soltar— Entonces voy a cogerme a toda tu puta junta.

San estaba ardiendo, ya no sabia si era el enojo o la calentura, quitó inmediatamente sus pantalones, quitó aquella erección, Wooyoung amaba que este estuviera tan dotado de allí abajo.

  —Te voy a hacer llorar —dijo volteándolo boca abajo, sonrió al ver aquel lindo tatuaje con su nombre por encima de una de sus nalgas, lo tenía hace un año y vaya que le encantaba.

Mio - Sanwoo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora