Mio - Sanwoo +18

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Wooyoung sólo sentía el sonido de su propia respiración, la bulla parecía no existir, su vista se dirigió a su pecho, el tatuaje estaba tal cual lo recordaba de cerca, los detalles de este le recordaron el día exacto, el preciso instante en el que se lo hizo.

—Me alegra mucho que eso esté muy claro —su voz se apaciguó pero el sentimiento que lo recorría era el mismo.

Ambos pechos subían y bajaban por el secreto nerviosismo que sentían.

—Deberías quitar ese estúpido tatuaje.

—Jamás.

—San, sueltame —su voz salió mucho mas débil de lo que quiso.

—Sólo un rato más —se acercó hasta chocar con su pecho, de repente y sin aviso las manos de Wooyoung fueron liberadas para sin aviso abrazarlo fuertemente.

San se sorprendió cuando Wooyoung no lo alejó, sólo parecía dejar a este sostenerlo fuertemente por unos segundos, se sintió horrible al por primera vez desde que se conocían no sentir los cálidos brazos de este corresponderle con dulzura, como hacia siempre en aquellas épocas en las que todo paracia ideal. Wooyoung se dejaba abrazar pero la frialdad la podía percibir en su falta de acción.

—No quiero volverte a ver San —posicionó ambas manos en los hombro de este para alejarlo, este sólo lo dejó mientras sentía que las palabras le faltaban, jamás fue muy bueno en expresarse, la sencillez de su vocabulario le parecía incapaz de decir algo que hiciera a Wooyoung quedarse. De decir algo que pudiera hacerle sentir que moría por suplicarle que se quedara a su lado aunque sólo fuera unos segundos más—, regresa con tu noviecita, no vuelvas a acercarte a mi, no muestres ese tatuaje que lo único que hace es darme vergüenza.

—Wooyoung—dijo tan pronto lo alejó para tomar su rostro sorprendiéndose por la sequedad con la que esos hermosos ojos lo observaban. Se ahogaba en sentimientos que jamás creyó a los que se iba a volver a someter, el plan era alejarlo y dejarlo vivir seguro, que pudiera ser feliz con alguien más que le diera un mejor futuro—, no es mi novia, jamás podría tener a alguien que no seas tú—su plan fue dejarlo seguir su camino, pero ¿como hacerlo cuando su mayor debilidad estaba en esos rojos labios que clamaban un beso? Así lo sentía él, esos labios eran suyos—, jamás Wooyoung.

Ambos se encontraban muy cerca, Wooyoung mordió su labio inferior sintiéndose débil.

—Que irónico —dijo con voz fría—, hasta hace un tiempo te habría creído, habría aceptado cualquier cosa de tí, sabiendo incluso todo el daño que me hiciste. No soy un objeto del que te deshaces cuando te aburres San.

—¿Aburrirme de ti? Eso jamás podría pasar Wooyoung, eres el ser más perfecto y...

—Entonces eso es lo que debió pasar por mi mente cuando me dejaste, ¿cómo no se me ocurrió? —el sarcasmo de Wooyoung por primera vez era a él a quien dañaba—, mi novio me dejo tras tener una horrible cicatriz, debo ser demasiado perfecto para él.

San se alejó dejando que este pudiera irse, su mirada era gacha. Estaba siendo débil.como siempre que se trataba de Wooyoung. Era honesto consigo mismo, de nada le servía llevárselo de allí para comérselo, para liberar las horribles ganas que tenia de hacerle el amor.

Yeonjun escuchaba la voz llena de impotencia de Wooyoung, pensó realmente en meterse hace mucho pero muchas dudas surgieron de repente.

Wooyoung jamás antes habló de su pasado, jamás parecía muy interesado en algo que no fuera su trabajo. Lo observaba, la mirada de este ardía, no sabia si lo que observaba era odio. O era algo que realmente quería evitar pensar.

Vio a Wooyoung irse con mucha cólera encima.

Caminó hacia San con los brazos cruzados, suspiró pesadamente antes de detenerse frente al chico que lucia débil en frente suyo.