6.- El Recuerdo Permanece.

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[Después de haber tenido un día anterior para nada satisfactorio en cuanto a comenzar a convivir con sus hijas, situación que estaba justificada por la clara falta de disposición por parte de la mayoría de estas, el peliblanco comenzaba un nuevo día con la mejor actitud posible, ya que a pesar de que probablemente sería parecido al anterior en términos generales, tenía el presentimiento de que estaba en sus manos cambiar la situación y comenzar a cimentar una buena relación con sus hijas de poco a poco, claro, por su mente también pasaba la opción de sembrar el miedo sobre estas para que al menos le tuvieran respeto y aunque se dirigirían hacía él de una manera distante, dicha idea no sonaba nada mal para implementarla cómo un "sistema" en la casa, sólo que aún tendría que pensarlo mejor, pues todo dependía de cómo fueran sucediendo las cosas.

Cómo era de esperase, dichas cosas comenzarían a suceder desde el momento en que su mirada se cruzó con la mujer encargada de supervisar el cumplimiento de su contrato, la cual por supuesto llegó para meterle presión. Claramente el peliblanco tenía la idea de que dicha personas sería alguien totalmente ajena a su vida, pero vaya sorpresa que se llevó cuando se enteró de que quién se trataba, no podía creerlo, al menos no hasta que la mujer se acercó para saludarle y de paso, sacarlo de su mente incrédula que no procesaba el hecho de tener enfrente a alguien que lo había dejado herido en el corazón.]

~Residencia Loud~

- Patio Frontal de la Mansión -

*Luego de salir de su auto para llegar lo más pronto posible a inspeccionar el misterioso auto estacionado dentro de su hogar, el peliblanco fue detenido por su asistente antes de que pudiera seguir buscando algo que le ayudara a averiguar a quién le pertenecía dicho auto. Apenas el peliblanco le exigió una explicación a Nathalie, la respuesta literalmente se presentó ante sí*

—  Lincoln Loud, cuánto tiempo sin vernos... - Comentó la mujer asiática mientras se acercaba hacía la posición del albino -.

—  "Oh, no me jodan..." - Se dijo a si mismo mientras veía con sorpresa a la mujer que se acercaba cada vez más hacía él - "No puede ser que ella este aquí, es... es..."

—  Quisiera decir que me alegra verte, pero...

—  ¡Sid, cuánto tiempo sin verte! - Se abalanzó cariñosamente hacía ella para atraparla entre sus brazos - ¡Sabía que volverías, te he extrañado! Y no te culpo por volver, nadie se resiste a mi encanto. - Mencionó Lincoln de forma algo engreída y sin dejar de abrazar a las asiática -.

—  Eh... Lamento informarte que no volví por tus encantos o porque te extrañara, claramente eso ha quedado en el olvido para mí. - Comentó con seriedad mientras soltaba un suspiro -.

—  Ah vamos Sid, no seas así, ¿Dónde quedó la maravillosa y alegre chica que algún día conocí? - Preguntó el peliblanco tratando de que Sid dejara su postura seria -.

—  ¿En serio me preguntas eso después de lo que me hiciste pasar? Porque si es así, quiero que sepas que aún no me recupero de ello. - Comentó Sid con un notable fastidio -.

—  Ya veo... - Su semblante de felicidad fue perdiendo dicha emoción conforme pasaron los segundos - Bueno, ¿Y entonces se puede saber para que estás aquí?

—  Ya deberías saberlo, no estoy aquí por gusto o por ti en especifico.

—  Entonces tú... - Se quedó pensando unos segundos - ¿T-Tú serás la encargada de supervisar mi labor cómo padre? - Preguntó Lincoln mientras un fuerte escalofrío y mareo recorría todo su cuerpo -.

The Loud House: "Mi Caótica Descendencia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora