Cigarro n7

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Comenzó a caminar hacia aquella figura que reconoció en la distancia.

Sus pulmones quemaban y cuando menos se dio cuenta ya estaba corriendo.

Un paso.

Dos pasos.

Tres pasos.

Ya ni siquiera podía contarlos.

Sólo se concentraba en ella, que literalmente estaba al alcance de su mano.

Cada vez que se acercaba sentía que se alejaba a kilómetros de distancia.

Y cuando ya estaba ahí, tan cerca que podía sentir su aroma a alcohol.

Un muchacho la tomó de la mano y la abrazo.

Y en ese momento el deseo que alguien hiciera lo mismo con el.

Porque se estaba cayendo a pedazos.

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