1. "Él no le importa (si lo hace)"

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No supone que Alex Karev sienta algo como empatía por George O'Malley. Ni por él, ni por nadie. Simplemente así no es él.

Sin embargo, no ha podido evitar que el hombre se abra paso en él: La forma en que te ayuda hasta en los detalles más pequeños sin que se lo pidas, como si prestar atención y ayudar a la gente fuera un instinto natural en George, la forma en que tranquilizará a un paciente con una sonrisa amable, la forma en que se arriesgará por una causa, como lo hizo aquella vez por Joe. Es inevitable mantenerse ajeno al hombre cuando es un espécimen tan raro y tan jodidamente fácil de apreciar.

Alex ha decidido que se trata simplemente de curiosidad. George es un tipo raro y su forma de ser llama la atención de Alex. Una curiosidad muy objetiva y científica y toda la mierda (hizo el laboratorio con todos los demás y tiene el instinto científico, aunque sea difícil de creer).

De todos modos, no es como si fuera a hacerse su amigo o algo así. Han tenido sus momentos, pero los cachorros como George fueron hechos para ser molestados por tipos como Alex. La ley de la naturaleza.

Además, está Izzie. Alex cree que podría gustarle Izzie en el futuro. Ella es atractiva y linda y Alex la respeta ahora. Solo está esperando su momento para invitarla a salir.

Está pensando en eso mientras camina a dejar el último expediente a las enfermeras cuando ve de reojo por la ventana del cuarto de la mamá de Meredith una escena que lo hace retroceder y parpadear para estar seguro de lo que ve.

Sí, ahí está, no se lo está imaginando.

En la camilla, la señora Grey se aferra al brazo de George, quién está acostado pacientemente a su lado, obviamente un poco tenso mientras mira al techo y se muerde el labio con nerviosismo de forma ocasional. El pelo castaño de George está todo despeinado, como si se hubiera pasado las manos por éste varias veces.

El primer instinto de Alex debería ser reírse. De hecho, se le ocurre un gran repertorio de chistes sobre gustos por las mujeres mayores y esas cosas. Sin embargo, lo primero que hace no es ninguna de esas cosas.

Alex sonríe. Es una sonrisa suave y sincera, del tipo de sonrisas que se permite a sí mismo cuando nadie está mirando. George O'Malley es definitivamente algo diferente... Y luego, Karev se da cuenta de que está sonriendo y lo corta al instante, sintiéndose traicionado por sus propias expresiones.

Se asoma por la entrada de la habitación, aún si realmente no tiene ninguna razón para hacerlo. Silba.

—Supongo que decidiste tomarte enserio el papel de esposo, ¿eh O'Malley? —se burla. Sus brazos están cruzados por sobre su pecho mientras se apoya en el marco de la entrada.

George levanta rápidamente un dedo y se lo lleva a los labios, sus ojos bien abiertos de nerviosismo cuál ciervo frente a los faros.

—Shshsh —susurra, ansioso—, ella acaba de dormirse —suspira, mirándola con esa amabilidad característica de George antes de comenzar a intentar separarse de ella sin despertarla.

Alex rueda los ojos y se acerca a él.

—A ver, déjame —dice, y mueve muy lentamente las manos de la señora Grey para apartarlas del brazo de George y que así él pueda deslizarse fuera de la camilla.

—Gracias —George susurra, mirándolo un poco sorprendido.

Alex se encoge de hombros mientras acomoda la manta sobre la señora Grey.

—Simplemente tengo más práctica que tú en quitarme de encima a una mujer sin despertarla —le guiña un ojo, petulante—. Ya sabes, para salir antes que quieran algo de mí la mañana después.

La expresión de George cae y rueda los ojos, como si se dijera a sí mismo. ¿Cómo puedo pensar que éste tipo es menos que un idiota?

—De todos modos, como terminaste en brazos de la señora. ¿Quería que cumplieras tus deberes de esposo? —Alex le pregunta, burlándose.

George lo empuja fuera de la habitación negando con la cabeza y Alex, por alguna razón que no cuestiona, le permite que lo haga.

—Ella... Ella solo quería... quería un lugar seguro —balbucea George, como si no fuera la gran cosa—. Y-Y yo podía dárselo. Eso es todo.

Salen al pasillo y Alex lo mira, preguntándose si este tipo es real.

—Eres otra cosa, ¿verdad?

—Solo soy amable. No te mataría intentarlo de vez en cuando —señala George, el bastardo atrevido.

Alex se ríe, siempre con ese toque de arrogancia.

—Te ayudé a salir de sus garras, ¿no?

George traga saliva, sonrojado. Es tan jodidamente fácil hacerlo sonrojar que Alex cree que incluso podría hacer apuestas al respecto. Abre la boca, probablemente para agradecer de nuevo o una mierda similar, pero Alex pone una mano frente a él para detenerlo.

—Tómalo como compensación por todas las cosas que voy a decir de lo que ví aquí, pequeño travieso —le guiña un ojo y comienza a caminar por el pasillo.

—Eres un idiota —resopla George, siguiéndolo.

—Me lo dicen a menudo —Alex se encoge de hombros, su sonrisa extrañamente alegre.

Sin razón alguna, caminan juntos hacia el ascensor.

Alex Karev ignora totalmente que jamás se siente así con Izzie. Lo que sea que haya en George... Simplemente no es su asunto. No le importa. No le importa.

¿No lo hace?

....

Así que estoy volviendo a ver Grey's Anatomy y es imposible no ver el potencial de esa química intermitente entre Alex y George. Eso, sumado a que las primeras temporadas son mis favoritas y los pocos fics que hay de este shipp, es lo que me llevó a escribir esta historia (y mucho insomnio, obviamente).

¿Qué les pareció éste comienzo?
¿Sugerencias?
¿Algo en particular que les gustaría que sucediera en los próximos?

Déjame saber en un comentario si quieres que continúe y tu opinión. Si comenta, probablemente esté actualizando más rápido porque sabré que hay interesados c;

¡Nos leemos pronto!💕✨

Just (not) my type | Grey's Anatomy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora