11. "Y entonces explotó"

1.2K 108 19
                                    

El edificio de departamentos en donde Alex vivía parecía, honestamente, estarse cayendo a pedazos. Viejo, descuidado y definitivamente un lugar donde tenías que mantener tu billetera muy al fondo de tu bolsillo.

No ayudó exactamente con la paranoia de George acerca de los ladrones.

Sin embargo, no quería incomodar a Alex con, bueno, su incomodidad. Así que tragó saliva y sonrió.

—Es un... un buen lugar —señaló.

Alex, a su lado, rodó los ojos.

—Es un asco —afirmó.

—Si, lo es. Lo siento —George resopló con alivio al no tener que fingir.

Alex se rió y George soltó su propia risita nerviosa. Luego, se mantuvo muy cerca de Alex mientras subían las escaleras hasta el tercer piso. Departamento 320.

George se sorprendió bastante al descubrir que el departamento estaba ordenado, limpio y, bueno, habitable. Excepto por su habitación ligeramente desordenada, que tenía algunos libros y ropa tirada, era un lugar bastante bueno, especialmente considerando que el resto del edificio estaba lleno de basura y colillas de cigarrillos. Alex le hizo un recorrido rápido por el pequeño lugar y luego se sentaron en el viejo sofá de la sala de estar, con una pila de libros a su lado.

Era extraño lo íntimo que se sentía esto, considerando que George es el primero de sus compañeros que ha estado en la casa de Alex.

Alex le habría las puertas hacia su espacio privado y George intentó que no se sintiera tan importante como realmente lo hacía.

Superando el nerviosismo inicial, volvieron a entrar rápidamente en la dinámica en la que habían estado estos últimos días, inventando casos donde George fingiría que era el paciente y Alex intentaría adivinar cual era su enfermedad, practicando las preguntas correctas y exámenes para hacer, de lo que se trataría su repetición de las tablas.

Fue fácil hablar con Alex cuando estaban solos.

—Debería irme —George anuncia cuando mira su reloj de muñeca y descubre que se ha quedado más tiempo del que pretendía.

—Puedes quedarte, O'Malley —Alex sugiere con indiferencia—. No me importa si usas el sillón.

George contiene la respiración. Los ojos de Alex son oscuros e intensos mientras lo mira de una forma que le desespera no poder descifrar. Su mirada baja hasta sus labios por un solo segundo y eso todo. Suficiente. Tiene que cambiar de tema y luego huir antes de cruzar una línea que no se supone que deba cruzar jamás. Tiene que huir y esconderse hasta que sepa que demonios le sucede. Esconder la cabeza para no arruinar esta inestable amistad sorprendentemente agradable que está construyendo con Alex.

Porque estaba equivocado al principio, cuando pensó que se había condenado al ofrecerle ayuda a Karev. En realidad, Alex le está empezando a gustar un poquito. Es una amigo diferente a Meredith o Izzie. Alex, sorprendentemente, también le pregunta a George como está, cuando George estaba acostumbrado con sus amigas a que la preocupación viniera de un solo sentido.

Así que no, no puede arruinar eso por... por lo que sea que le esté sucediendo.

—No sé si sea buena idea —George aprieta los labios y mira hacia otro lado. El nerviosismo empieza a arremolinarse en su estómago—. Las chicas harán preguntas si no llego.

Piensa en Izzie, relatando con emoción como Alex la arrinconó contra la pared. Se pone de pie y la habitación gira un poco y Oh no, ahora no.

Lo último que necesita ahora es un ataque de pánico.

Alex se pone de pie también, imitándolo. La verdad es que no quiere que George se vaya. George lo hace sentir un poco menos solo de lo que se siente todos los días y es un impulso instintivo pedirle que se quede. Es estúpido, que se haya ablandado con O'Malley de todas las personas, cuando ni con Izzie pudo hacerlo.

Just (not) my type | Grey's Anatomy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora