Heaven And Hell (Newtmas)

39.- Conmoción Y Problemas.

 Copos blancos caían desde el cielo en un silencio sepulcral, uno por uno iban cayendo del cielo pesado y nublado que extendía el frío por todo el lugar...Caían muy despacio hasta que llegaban al suelo y luego eran tapados por otros copos.

El aire era frío, el viento no soplaba, el tiempo estaba suspendido y el silencio reinaba, un silencio respetuoso y triste ante la muerte de un ser querido. 

Los estudiantes estaban sentados en filas ordenadas dentro del enorme gimnasio, nadie hablaba y todos miraban hacia la tarima donde estaban sentados los profesores y el director, quien estaba dando un discurso que era atentamente escuchado por todos, era difícil leer en la cara de los estudiantes sus verdaderos pensamientos, todo el mundo se encontraba probablemente en una especie de aturdimientos después de la noticia… Pero entre todos los estudiantes había uno en particular que tenía la expresión tensa y fría. 

Thomas estaba sentado en su silla, con la espalda ligeramente doblada, sus brazos caían sobre sus piernas sin fuerza, tenía la cabeza inclinada hacia abajo y sus ojos estaban vacíos, completamente vacíos, no quería ver lo que estaba delante de sus ojos y no

quería ser consciente de nada, ni siquiera escuchaba la voz del director que daba el discurso, su cuerpo reaccionaba en algunas ocasiones al escuchar el nombre de Aris, pero luego se volvía igual de ausente a antes, no notaba la mirada de Jeff que estaba dos asientos a su derecha, ni la de Sarten que estaba sentado justo a su izquierda, los  estudiantes habían sido colocados en orden alfabético, pero Thomas tampoco le había prestado atención a eso. 

Se sentía como muerto por dentro, no podía sentir nada, se puso de pie automáticamente cuando sintió movimiento a su alrededor, los estudiantes estaban dejando sus asientos para salir de la fría sala, Thomas empezó a caminar con pasos lentos sin percatarse del extraño espacio que había entre él y los demás estudiantes, nadie tenía ganas de acercarse a él, todo el mundo lo miraba como un bicho raro y algunos susurraban entre ellos, los rumores se habían extendido rápidamente, sabían que Thomas había estado presente cuando Aris murió ¿Cómo lo sabían? No tenía idea...y no le importaba. 

Sin ver todas las miradas posadas en él y sin escuchar todos los susurros, Thomas salió del gimnasio con un ritmo lento, caminó y caminó con la cabeza gacha, tenía los ojos tan vacíos y sentía como algo se retorcía en su estómago, unas palabras pronunciadas por el director vinieron a su cabeza "Un chico joven, discreto y cariñoso..." Aris murió de una manera totalmente injusta y abominable..." "...un acto imperdonable..." "Oren por su alma"... En el momento en que esas palabras habían sido dichas no estaba prestando demasiada atención, pero ahora tenía una sensación extraña, no se había tomado el tiempo para aceptar la muerte de Aris, todo había sido demasiado brutal, demasiado rápido, no podía, ni quería, creerlo. 

Mientras caminaba un torbellino de emociones lo abatió, no volvería a ver a Aris nunca más, una sensación horrible le retorció las tripas, Aris estaba muerto, sintió como su cuerpo temblaba y corrió hacia los baños más cercanos, tiro de la puerta de un cubículo y se dejó caer de rodillas en el suelo, vomitó todo lo que tenía en el inodoro, su cuerpo se retorció tomado por espasmos mientras seguía sintiendo arcadas, se aferró al inodoro y se quejó por el dolor, le ardía la garganta y sentía cómo su estómago quería seguir expulsando algo que ya no había, lo había vomitado todo. 

Cuando los espasmos cesaron y su estómago dolió menos, respiro con alivio y poco a poco se dejó caer contra la pared, fue entonces, cuando notó algo húmedo en su rostro, estaba llorando, extraño... pero que había llorado suficiente ya, que había drenado todas sus lágrimas, pero parecía que no era así...

Se quedó allí por un rato, hasta que sintió un suave toque sobre su hombro, se tensó y se giró con cuidado, su mirada se posó en Zart que estaba inclinado hacia él, el castaño frunció los labios y se apresuró a pasar la manga de su uniforme sobre sus ojos y su boca, luego se puso de pie apoyándose en la pared, la mano Zart seguía en su hombro.