Thomas es un estudiante de secundaría ordinario, tiene algunos buenos amigos, buenas calificaciones en la escuela, una familia amorosa... Vive su vida con tranquilidad y calma, contento con lo que tiene, hasta que un día un chico de su edad, cuya pe...
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Con las palmas sudorosas y su corazón palpitante entro en la sala, nunca había estado tan asustado de enfrentar a sus padres, pero necesitaba entender un poco que había pasado y enfrentar a sus padres era su única opción
Tomo valor y entro totalmente a la sala, el aroma del desayuno volaba por todo el espacio y aunque normalmente era delicioso, en ese momento le produjo nauseas, ahora sabía que estaban en la cocina, el sonido repentino del agua chocando contra el lavaplatos lo sobresalto, su corazón enloqueció de nuevo y sus piernas temblaron, camino lentamente al lado de la pared blanca hasta llegar a la puerta de la cocina, vio pan tostado, un plato con cereal, un jugo de naranja y un poco de leche humeante en el mostrador, pero no vio a nadie sentado allí, las pocas migajas esparcidas por el lugar le hicieron saber que su familia ya había comido, sólo estaba su mamá dándole la espalda mientras arreglaba la cocina, Thomas respiro hondo antes de entrar
La vio girarse lentamente, el agua goteaba de sus manos mojando el piso hasta que pareció recuperar la conciencia y cogió una toalla rápidamente para secarse las manos
- Thomas - Dijo ella - ¿Cómo estás?
- Mmm...Bien, supongo - Respondió el chico
- Dios...Me asustaste como el infierno anoche - Dijo en tono ansioso - Tu amigo me dijo que no volverías en la noche pero... ¿Qué paso?
- No fue nada...Lo siento si te preocupe - Se disculpó Thomas bajando la mirada
- Más que preocuparme, me interesa saber que paso - Respondió su madre con voz tranquila - Si te hubieras visto, estabas llorando mucho y parecías fuera de lugar
- Mamá ¿a qué hora volví? - Pregunto Thomas mordiéndose el labio
Sus recuerdos todavía se negaban a regresar
- Alrededor de la 1:15 - Dijo su mamá - Thomas quiero saber que paso
- Mamá yo...Lo siento mucho...Anoche fue un poco complicado
Su mirada cayo en el pastel que había encima de la mesa, definitivamente se sentía demasiado nauseabundo para comer, su madre se dio cuenta así que se acercó y le acarició suavemente el cabello, Thomas se tranquilizó un poco aunque pensaba que no se merecía tanta amabilidad
- Thomas, bebiste demasiado anoche ¿verdad? El chico miro a su mamá con sorpresa, leyó la tristeza pero también la comprensión en sus ojos y eso lo hizo sentirse aún más culpable - Mamá...Yo...Yo no
- Escúchame, no te culpo porque ni siquiera sé qué fue lo que paso - Lo interrumpió su madre mientras lo atraía hacia ella con un poco de presión en su cuello - Pero...Si alguna vez tienes que hablar de algo, o si no te sientes bien, por favor habla conmigo ¿de acuerdo?
Thomas enterró su rostro en su cuello y respiro hondo, el olor de su madre siempre lo tranquilizaba, podía hacer cualquier cosa y su madre siempre iba a estar allí...Sintió un nudo en la garganta por la impotencia que le generaba no saber qué había pasado
