¿Y los recuerdos de ayer?

222 21 21
                                    


Narra Sandy.

--

Uuh. Siento que mi cabeza explotará... Un momento, estoy en mi cama. ¿Que no estaba hace unos segundos dentro de la taberna de Barley con todos gritando, riendo y Bibi hablándome de ella? Joder, el dolor de mi cabeza me hace sentir aún los gritos de todos en esa taberna...

--

Sandy daría un gran bostezo, después de varios intentos de encontrar comodidad entre sus múltiples almohadas y cobijas que tanto atesoraba, fue obligado a levantarse de su cama por el intenso dolor de cabeza. Acto que, lo llevó a un mareo instantáneo que lo condujo al baño de las náuseas.

- Buaj... Pero qu– Sandy era interrumpido por su propio vómito. — Ugh, creo que debí beber más despacio...

Tara tocaba con un dedo la puerta del baño para llamar la atención de Sandy, que lo notó mal.

- Sandy, ¿cómo te encuentras?

- Siento un intenso dolor de cabeza, del cuerpo y a mi estómago deseándome la muerte... – respondió Sandy, quien jalaría la cadena y saldría del baño.

- Mmh, entonces bebiste sin ningún control y ahora tienes resaca.

- ¿Resaca? Tiene sentido, pero no creí que sería tan... Sufrible...

- Sí, no es nada lindo, por eso y más el exceso del alcohol no es nada bueno...

Sandy, mientras temblaba con una manta alrededor suyo y con sus ojos exhaustos a Tara, le preguntaría - ¿Y tú porqué estás tan bien...?

- Yo no bebí más de lo que puedo tomar, además de que me concentré más en juegos y por apostar gané una fortuna mayor que la que gastamos en la taberna.

- Vaya... Supongo que tienes suerte.

- Mhm. Es un don. Ve a descansar, te ves derrotado. Me aseguraré de preparar algo que pueda recobrarte energías y te recupere.

- Está bien... (aunque comer es lo último que quiero ahora mismo) – Sandy iría despacio de regreso a su recámara, tirándose con cuidado entre sus sábanas y almohadas ya que no podía consigo mismo. — Ugh... Más nunca beberé...

Con un poco de malestar en sus músculos intentó hallar la comodidad entre sus múltiples mantas, pero una vez ya se acomodó se volvería a quejar; ... tengo mucha sed... – diría el pelimorado.

Con vagos intentos, intentó llamar a Tara desde la habitación. Pero en el palacio de Tara era increíblemente difícil que entre tantas paredes y espacio se pudiese escuchar algo tan despacio como la voz ronca y reseca de Sandy.

- Me lleva el demonio...

--

Por otro lado, Bibi ya se había levantado mucho más temprano comenzando un día suyo como cualquier otro. A diferencia de Sandy, ella no sufrió efectos por el alcohol de esa interesante noche. Pero aún así, por la ebriedad que pasó, apenas recuerda lo que habló con Sandy en la taberna y que, por alguna razón, fue una noche placentera y divertida.

𝐌𝐢 𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐌á𝐬 𝐁𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚𝐧𝐭𝐞 - 𝘉𝘪𝘣𝘪 𝘹 𝘚𝘢𝘯𝘥𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora