Capitulo 13

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A los diecisiete años, mi vida cambió para siempre.

Mientras camino por las calles de Beaufort cuarenta años más tarde, pensando en aquellos meses

de mi vida, lo recuerdo todo con tanta claridad como si fuera ayer.

Recuerdo que Jamie contestó que sí a mi pregunta y que los dos nos pusimos a llorar juntos.

Recuerdo la conversación que mantuve con Hegbert y con mis padres para explicarles lo que

necesitaba hacer. Ellos interpretaron que solo lo hacía por Jamie, y los tres intentaron disuadirme,

sobre todo cuando se enteraron de que ella había dicho que sí. No comprendían, y tuve que dejárselo

claro, que necesitaba hacerlo por mí.

Estaba enamorado de ella, tan profundamente enamorado, que no me importaba si estaba enferma

ni que no pudiéramos estar juntos mucho tiempo; ninguno de esos factores me parecía relevante. Lo

único que deseaba era hacer lo que mi corazón me dictaba. Era la primera vez que Dios me hablaba

de forma directa, y, de ningún modo, pensaba desobedecerlo.

Supongo que algunos pensarán que lo hice por pena; los más escépticos quizás incluso se

preguntarán si lo hice porque sabía que Jamie pronto moriría, por lo que en realidad no asumía un

compromiso a largo plazo. La respuesta a ambas preguntas es: no. Me habría casado con Jamie

Sullivan fuese lo que fuese lo que le deparara el futuro. Me habría casado con Jamie Sullivan si el

milagro por el que tanto había rezado se hubiera cumplido de repente. Lo supe en el momento en que

se lo pregunté, y hoy sigo teniendo la misma certeza.

Jamie era más que simplemente la mujer a la que amaba. En aquel año, ella me había ayudado a

convertirme en el hombre que soy. Con su mano firme, me mostró la importancia de ayudar al

prójimo; con su paciencia y bondad, me enseñó el verdadero significado de la vida. Su valentía y

optimismo, incluso en los momentos más graves de su enfermedad, fueron lo más sorprendente que

jamás he visto.

Hegbert nos casó en la iglesia bautista, con mi padre de pie a mi lado como padrino. Eso fue otro

de los logros de Jamie. En el sur, la tradición marca que tu padre esté a tu lado el día de tu boda,

pero para mí hubiera sido una tradición sin sentido antes de que Jamie llegara a mi vida. Ella nos

había unido a mi padre y a mí de nuevo; además, también había conseguido cerrar algunas de las

heridas entre nuestras dos familias.

Después de lo que mi padre había hecho por Jamie y por mí, supe que siempre podría contar con

él. A medida que pasaron los años, nuestra relación se fue consolidando con más fuerza hasta el día

de su muerte.

Jamie también me enseñó el valor de saber perdonar y el enorme poder de redención que

conlleva el perdón. Me di cuenta el día en que Eric y Margaret fueron a visitarla a su casa. Jamie no

guardaba ningún rencor; ella vivía su vida tal y como marcaba la Biblia.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2015 ⏰

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