capitulo 11

295 45 2
                                    




"Padre, te están robando información de tu empresa."

El estudio quedó en un silencio total. El padre dejó sus papeles, levantó la vista y nos miró. En sus ojos había asombrado, incapaz de creer lo que estábamos diciendo. Eduart se acercó a él con calma, abrió su laptop y dijo:

"Haz clic cuando estés listo."

El padre permaneció en silencio, todavía sin convencerse. Estaba seguro de que tenía todo bajo control y que nadie podría traicionarlo. Para confirmar su suposición, hizo clic.

La pantalla, que originalmente estaba oscura, se iluminó. Al principio, se veía su oficina vacía y oscura, todo en su lugar. De repente, la puerta se abrió y Elios miró perplejo a la persona que entraba. Vimos cómo ella se dirigió a su escritorio con total familiaridad, como si lo hubiera hecho varias veces.

Elios cerró la laptop, bajó la mirada, incapaz de mirar a sus hijos. Se sintió decepcionado y enojado, tanto con ella como consigo mismo por haber confiado en esa persona. Recordó el momento en que se conocieron, cuando Sofía y él empezaron en la empresa y todo fue difícil hasta que Ana, una chica peculiar pero encantadora, apareció para ayudarte a salir adelante.

"Chicos, ¿cómo consiguieron esto?"

"Eso, padre. No necesitas preguntar los detalles. Solo puedo decirte que tengo un contacto en tecnología que es bastante competente", dijo Eduart, dudoso, ya que tampoco conocía la identidad de esta persona, pero podía asegurar que era confiable.

Elios comprendió que Eduart no estaba dispuesto a dar más detalles, así que decidió dejarlo pasar. Solo quería centrarse en cómo afrontar la situación y cómo comunicárselo a Sofía. Carol observó a su padre con tristeza y no supo cómo consolarlo, así que guardó silencio. En ese momento, la puerta de la oficina se abrió de golpe con un ruido que sobresaltó tanto a Elios como a los hermanos.

—Chicos, hace rato que los estoy llamando para que vengan a cenar...

—Madre... —Sofía percibió el ambiente tenso de la oficina y la actitud de su esposo, y rápidamente se dio cuenta de que algo grave había ocurrido. Mandó a sus hijos a cenar y se quedó en la oficina para hablar con Elios.

Los hermanos, expulsados ​​de la oficina, se fueron a cenar con Michell, quien notó que estaban algo deprimidos y tratado de animarlos hablando sobre la preparatoria.

—Primos, hoy en la preparatoria me inscribí al club de arte. Conocí a muchos compañeros y al secretario del consejo estudiantil. Es un poco tímido, pero simpático...

—Espera, ¿conociste al amigo de los guisan... digo, de Jule y los otros? —preguntó Eduart sorprendido.

—Sí, los conocí hoy. Carl me mostró la preparatoria —respondió Michell, asombrado, pensando que el mundo era muy pequeño.

—Bueno, pues mira, Carol. Ya pasó la semana, así que lo más probable es que te busquen mañana a primera hora —dijo Eduart con ironía, mientras Carol se tocaba las sienes, anticipando un día agotador.

Michell vio que sus primos regresaban a la normalidad y se sentía más tranquilo. Después de la cena, se fueron a descansar. Los hermanos habían olvidado la bomba que dejaron a sus padres y se entregaron a los brazos de Morfeo, mientras ellos estaban en una discusión seria sobre Ana.

—No puedo creer que ella nos hiciera esto. Nos apoyamos en los peores momentos. ¿Cómo pudo traicionar la confianza que teníamos en ella? —exclamó Sofía, alterada.

Somos los extras en nuestra novela Bl favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora