capitulo 16

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¿Qué esperas? Vuelve a buscarlo.
—Pero, señor, no hay ningún resultado. Las cámaras estaban apagadas hasta las once de la mañana que llegué a revisar.

Eduart miró al guardia con frialdad, haciendo que este se estremeciera. Luego de meditarlo, se retiró del hotel y subió a la limusina.
—Eduart, no vas a encontrar nada. Ya pasaron los meses y quizás la otra parte ya lo sacó.

Eduart prefirió no contestar. No había ni una sola evidencia del cuarto, solo la reservación a nombre de esa chica.
—Vamos a buscarla.
—Claro.

En su departamento, Lily se arreglaba el maquillaje, convencida de que esa noche sería la mejor. Planeaba conquistar por completo al mejor alfa, a pesar de sus errores pasados. Mientras pensaba en sus estrategias, una furia creciente le hizo apretar los dientes. Ella misma había drogado a ese alfa para pasar la noche con él, confiando en que después él se encargaría de ella. Sin embargo, la realidad resultó ser diferente, ya que fue llevada a otra habitación y sometida por un alfa de segunda.

"¡Ese omega! Si no fuera por ese chico, ya estaría con él. Nada salió como lo planeé ese día", masculló Lily, frustrada. A pesar de las complicaciones, se resignó a volver a intentarlo, sabiendo que esta vez sería aún más difícil. La única nota positiva de aquella noche fue que el alfa de segunda también estaba bajo los efectos de la droga, lo que facilitó su escape una vez que todo terminó.

Lily esperaba con ansias el día de hoy. Había ganado un concurso para recibir una sesión de maquillaje y peinado por el mejor estilista del año, un famoso profesional que trabajaba con celebridades y modelos. Se había preparado con anticipación, eligiendo su ropa y accesorios, y limpiando su casa para recibir al invitado especial. Justo en ese momento, tocó el timbre, y Lily sintió una oleada de emoción. Corrió hacia la puerta, lista para abrirle al estilista y comenzar su transformación. Sin embargo, al abrir la puerta, toda su felicidad se convirtió en terror. Frente a ella no estaba el estilista, sino un hombre encapuchado que empuñaba un cuchillo.

Eduart se dirigió al departamento de Yessi, la matona de la preparatoria. Le resultaba realmente cansado estar con estas personas, pero necesitaba información. La puerta fue abierta por una mujer mayor.
—¿Qué deseas?
—Quiero hablar con Yessi.
—Ella no está en...
—Solo déjalo pasar.

Al entrar, vio el lujo excesivo del lugar. Todo era tan ostentoso que le dolían los ojos. Fue directamente al sofá y miró a Yessi, quien estaba relajada en su asiento, con su cabello naranja suelto que resaltaba sobre su pijama celeste.
— ¿Qué buscas?
—Quiero saber lo que pasó esa noche hace tres meses y por qué el abuso hacia Alan.
—¿Por qué te lo dirías?
—Bueno, escuchó algunos rumores muy serios. No sé si decírtelo. Es sobre la empresa A. ¿Quieres escuchar?

Yessi dejó caer sus pintauñas y miró fijamente a Eduart, furiosa por la amenaza que le había hecho.
—Tú eres un monstruo, pero estás bien, te lo contaré. Pero prométeme que no te meterás en la empresa A.
—De acuerdo.

Esa noche, Yessi había dicho:
—Esta fiesta es increíble. Me alegro de que me hayas invitado.
—Bueno, era lo mínimo. Eres mi amigo, y además es la fiesta de mi hermano. Yo haría una mejor.
—Sí, lo sé. Vamos, me encanta esta canción.
—Está bien.

Yessi miró a su amigo de toda la vida. Era realmente guapo. El brillo de las luces hacía resaltar su lindo rostro, y ella no podía dejar de mirarlo. Después del baile, el chico, sonrojado por la intensa mirada de Yessi, le dijo:
—Yessi, tengo sed. Voy por unas bebidas.
—Te sigo.
—No, quédate aquí. Ya vuelvo.

Yessi se quedó mirando el lugar donde había desaparecido su amigo, que se había puesto rojo como un tomate cuando ella le habló. No pudo evitar soltar una carcajada por su reacción tan tímida. Mientras se reía, sintió una presencia a su lado. Era Lily, la chica más popular y rica del colegio, con sus curvas y su ropa de marca.
—Hola, Yessi. ¿Qué tal te va?
—No me vengas con tonterías. ¿Qué quieres de mí?
—Vaya, qué sosa eres. Podrías al menos seguirme la corriente.
—No, gracias.
—Yessi, quiero un cuarto del hotel y que me compartas un rato a tu barman.

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