Capitulo 1

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-Vamos Steve, solo es una copa de champagne, además la ocasión lo amerita, al fin está listo y al fin lo escogí, te lo mereces me has acompañado en mi peregrinar- alza la mano la rubia, con una sonrisa que contagia a todo el sequito que está a su alrededor.

Como no sentirse "feliz", su hermana gemela se iba a casar, todo acabaría pronto, sí porque, aunque muchos lo dudaran Virginia "Pepper" Rogers era su hermana gemela, al nacer la diferencia entre ambos era indudable, lo tuvieron que someter a exámenes de ADN para corroborar pues no daban crédito a lo que veían.

Virginia gozaba de una gran salud y una complexión de un bebé de peso y edad normal, pero Steve no, el nació bajo de peso, problemas respiratorios y mucho tiempo en la incubadora.

Esta diferencia se marcó durante toda su infancia, Virginia siempre la numero uno en cualquier concurso tanto intelectual como deportivo, era el orgullo de sus padres.

Steve no se quedaba atrás, igualmente su cuarto estaba lleno de trofeos académicos, ninguno en deportes por sus problemas de salud, pero no debía de envidiarle absolutamente nada a su hermana en cuestión de inteligencia.

Entonces ¿Cuál era esa diferencia por la cual era tratado de manera diferente? Su género...

Virginia era una alfa, Steve era un omega.

Las personalidades de ambos eran igual de diferentes a sus géneros, no compartían nada en común, cuando de casualidad en alguna reunión social se presentaba toda la familia, ellos eran una novedad, un raro caso en el cual la naturaleza se burlaba del propio ser humano creyendo poder controlar todo a su alrededor.

Cuando el primer celo de Virginia llego, su padre la llevo a una lugar especial para que pasara con un omega, era tan exclusivo la entrada que prácticamente tenían que recortar por mucho el presupuesto familiar, eso incluía que no habría supresores para Steve, su primer celo lo recluyeron en una cabaña que estaba lejos de la casa principal, estaba en tan malas condiciones que en más de una ocasión por la noches Steve no dormía creyendo que algún alfa podría derribar de un golpe la endeble puerta y marcarlo.

Gracias a Dios Virginia solo tenía dos veces al año su celo, Steve lo tenía casi cada tres meses, pero con los supresores al fin en su poder, solo duraba un par de días sin mayores percances.

Durante toda su educación siempre tuvo que aguantar a todos los amigos bravucones de ella, alfas y betas que tenían por objetivo de burlarse de omegas o algún alfa defectuoso que se encontraran, ella nunca movía un dedo, al llegar a casa siempre le decía que tenía que ser fuerte, enfrentarlos eso le iba a enseñar a lidiar con su vida que a diferencia de la de ella seria doblemente difícil.

En parte tenía razón, algunos alfas abusaban de los omegas, tanto física como laboralmente, pero eran el corazón de su sociedad, sin omegas la sociedad se extinguiría, eran valorados, atesorados y protegidos, los alfas los necesitaban era un círculo vicioso de nunca acabar.

Un fraude en la compañía de su padre hizo que tuvieran que vender muchas de las propiedades, solamente quedándose solo con la mansión, su padre decía que mantener su casa, los hacía parecer con medios económicos suficientes ante la sociedad.

-Aparentar un estatus que no teníamos ya, era una situación estresante para nosotros, tuve que renunciar a mis clases de pintura, música, cursos extracurriculares, compra de libros y mis supresores, para no sufrir tuve la idea de comenzar a trabajar para poder costearse las medicinas.

-Mi madre había sido maestra, antes de casarse con mi padre, así que comenzó a dar clases particulares, antes de que me lo pidieran deje mi cuarto para irme a la cabaña lejos de la casa principal, la arregle poco a poco para hacerla más segura, ahí comencé a pintar y vender algunas de mis obras por línea, pedidos, replicas, así que empecé a ganar algo de dinero sin que mis padres lo supieran, si no, lo hubieran ocupado para comprarle algo a mi hermana.

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