Me senté en mi sofá y no pude más que soltarme a llorar, las preguntas, el escándalo, las palabras hirientes, revisaba por la ventana si no había nadie afuera, cerré con seguros todas y cada una de ellas, activaría la alarma de seguridad, no tenía hambre, me iría a tratar de dormir, pero esta vez recurriría a las pastillas para hacerlo pues aún con el baño me sentía muy nervioso.
En eso el timbre de mi departamento sonó, no dejaba de hacerlo, no quise abrir estaba paranoico.
- Steve cariño, soy yo, por favor ábreme, no traigo la llave que me diste- esa era lo voz de Tony, así que rápidamente abrí y lo deje entrar, poniendo todos los seguros que tenía.
-Steve, cariño- se trató de acercar y solo me hice hacia atrás.
- ¿Dónde demonios estabas? ¡No contestabas el teléfono! Creo que te deje lleno el buzón- le grite lo más fuerte que pude, era un desastre emocionalmente.
-Tuve que salir de última hora para Washington se presentó una situación, deje el teléfono en el avión, cuando regrese se quedó sin batería, tiene menos de una hora que llegue y me informaron del asunto, fui a tu oficina no había nadie, pensé que estabas en mi penthouse, pero tampoco, así vine inmediatamente aquí para ver si tenía suerte y vaya que la tuve ¿Por qué no te fuiste con tu escolta? – Tony estaba serio y molesto.
- ¿Qué escolta? Nunca mencionaste nada de que yo traía una escolta en todo este tiempo que tenemos esto entre tú y yo, ¿cómo querías que confiara en todos esos extraños? ¿Desde cuándo me están custodiando? – mi tono de voz regular quedo olvidado en algún lado, ahora eran puros gritos.
- ¿Esto entre tú y yo?, Steve tú y yo tenemos una relación, somos novios, tú eres mi prometido, en un par de semanas serás mi esposo, después serás mucho más importante que yo mismo, serás mi omega- Tony bajo su mirada al piso, su mente estaba revolucionando a mil por hora, conocía esa expresión.
- ¿Desde cuándo tengo esa escolta? -me asomé a ver desde la ventana por centava vez, hasta ese momento me di cuenta, fuera de mi edificio cruzando la calle había un local que desde hace mucho estaba desalojado tenía un letrero de que estaba en renta, pero ahora ya no estaba, un par de vecinos que siempre vestían de oscuro se mudaron casi enfrente de mi departamento, el nuevo vigilante y el sistema de seguridad que pusieron a principios de año, cada pequeño detalle ahora tomaba sentido.
-Contéstame Anthony ¿desde cuándo? No solo están frente a mi edificio ¿verdad? ¿Tu compraste este edificio? - levanto su mirada para verme de frente.
-Eres sorprendente Steve tú inteligencia no deja de sorprenderme, efectivamente no solo están frente a tu edificio si no también están dentro del mismo, yo compré el complejo departamental, están cuidándote desde el día que te conocí en casa de tus padres- sostuvo mi mirada.
-Casi dos años de eso- murmure mientras caí en mi sofá, me cubrí la cara con mis manos.
-Si, cuando te vi, en ese momento supe que era mi omega destinado, por lo tanto, mi deber era protegerte desde ese instante, cada día, por el resto de mi vida- Sentía su mirada sobre mi persona.
-Sí cada día me cuidabas, entonces sabias cada movimiento que he hecho, ¡Ya sabias de mi fundación! - recordé la mañana en la que le conté con mucha emoción lo que estaba logrando con Renacimiento, por eso me dio esos consejos del manejo de algunas cosas con tanta naturalidad, ya había estudiado todo.
- ¿Lo sabias Anthony? - le volví a preguntar.
-Si, he sabido cada movimiento tuyo desde entonces, no me da miedo decírtelo, aun cuando no esté a tu lado, te cuidare, tengo los medios para hacerlo no dudare de utilizar lo que sea necesario para cumplir mi objetivo.

ESTÁS LEYENDO
Vindicare
FanfictionEra la boda, los novios, la fina estampa más perfecta que pudiera ver, sin embargo el destino es algo que no puedes anticipar pero sobre todo pelear contra el.