Capitulo 2

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Me fui a sentar un rato en aquel cómodo sofá, estaba harto de las personas que se me acercaban a darme sus mejores palabras de aliento, lo que comúnmente es el pésame, es muy noble de su parte si no intentaran darme su tarjeta de presentación en caso de que yo "requiriera" algo, es divertido pensar que yo necesitara algo de aquellos extraños...bueno a decir verdad yo solo necesitaba de una persona.

Steve había tomado mi lugar ahora, él que estaba en este momento parado teniendo a sus espaldas las 3 cajas de madera delicadamente talladas donde contenían las cenizas de sus padres y hasta entonces mi prometida, la abnegada Virginia Rogers en cada caja estaba las mejores fotografías que en vida se tomaron.

Mi pequeño Steve, se veía tan hermoso rodeado de tantas rosas, flores de todo tipo de color y especie, educado, siempre atento y con una ligera sonrisa, sus ojos estaban rojos, aun en medio de tan terrible perdida su belleza no se opacaba.

El único inconveniente es desde que supo del terrible accidente no me ha dirigido la mirada, la verdad es que no quería que se enterara tan pronto, pero fue un descuido mío.

Después de tener un intenso encuentro esa misma mañana, para comenzar el día de la mejor manera, me encargue de darle mimos junto con un buen y relajante baño el cual con los aceites que sé que le gustan le frotaría su suave y blanca piel esperando que las marcas que había hecho en su cuerpo no se borraran tan pronto, me gusta marcar mi territorio.

Le hice el desayuno y le obligue a comer, sabía que su turno empezaba en un par de horas ir a su departamento le quitaría tiempo y por lo mismo no comería nada hasta la hora de la comida, probé de su plato y el del mío, le daba besos fugaces los cuales me sabían a miel, su sonrojo, una que otra caricia que me daba eran un suspiro a mi corazón.

-El tocino es delicioso- vi como hizo un pequeño puchero, por el ver que ya se había comido todo su tocino, así que me levante de la mesa.

-En un momento te traigo más- le di un beso en su frente.

Escuche que algo me dijo, pero el sonido del tocino friéndose no me dejo escuchar así que solo dije que sí.

Cuando escuché un estruendo seguido de un grito, salí rápidamente.

Lo que Steve me había dicho es que ¿Si podía prender el televisor?, así que yo lo dejé en el canal de las noticias, por ende, al supuestamente estar yo en aquel vuelo era ya noticia nacional, todos los canales lo decían, tuve que hacerme el sorprendido.

-Tony, por favor investiga esto, dime que no es cierto- se aferraba a mi aquel omega dueño de mis pensamientos, su hermosa cara llorosa estaba haciendo que mi mente volara hacia ideas muy pecaminosas, pero este no era el momento, solo lo abrace.

-En un momento verifico que está sucediendo- lo deje sentado en el sofá escuchando todo, realice un par de llamadas no me quedo otra más que confirmarle lo dicho.

Él se echó a llorar, trataba de consolarlo, pero no podía, me empujo, estaba histérico, me insultaba y se insultaba el, de un momento a otro una furia paso por él, con sus pocas fuerzas me abofeteo y comenzó a golpear mi pecho, decía una y otra vez que era el peor ser humano, el había traicionado a su única hermana al acostarse con su prometido, no era mejor que ellos, mi perfecta mañana se había ido a la basura.

Cuando se iba de la mansión tuve miedo de no volverlo a ver nunca, así que le comenté que teníamos que ir a París para investigar ese terrible accidente.

El vuelo no era lo que esperaba, mi grupo de abogados, el equipo de peritaje y él ni me miraba, iba en la ventanilla callado y llorando.

En el aeropuerto fuimos recibidos por el embajador y el primer ministro del país informándonos que estaban investigando querían descartar desde terrorismo hasta intento de asesinato para mi persona, en cuanto tuvieran los resultados me informarían, bueno eran beneficios que venían con el apellido.

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