Capitulo 8

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Cuando Tony se fue, una parte de mi se sintió despreciada, él me dijo que me tomara un tiempo, pero sí él me amaba y yo también, lo común era que estuviéramos juntos, a escondidas pero juntos, digo era entendible pues se acababa de morir mi hermana, pero mis sentimientos eran muy confusos en ese momento, conforme al paso de los días entendí bien el concepto al que se refería.

Dicen que el tiempo lo cura todo, muchos no creen en esas palabras pero la realidad fue otra para mí, una vez que me di cuenta que ya no viviría con las duras palabras y el juicio constante de mi hermana, que no me aterraría cuando mi móvil sonara y empezara a sudar o lidiar con el dolor de estómago cuando veía el número de mi casa o de mis padres, cuando recibía una llamada de Tony, ya no tendría que esconderme en el baño nunca más, entre a una librería pude comprar más libros de los que querría, al fin me compre supresores de mejor calidad, pude comprar ropa nueva que tenía tiempo que no podía darme un lujo, pequeños detalles que poco a poco comenzaron a ser una enorme revelación para mí, ese era el tiempo que me decía Tony que debía de disfrutar, era mi duelo, pero no por ellos, si no por el yo que se quedaba atrás.

Ahora estando en la intimidad con Tony, no tengo un calificativo al respecto con el cual pueda calificarlo, disfrutar mi sexualidad sin ningún límite, de gritar cuando me hace llegar a un orgasmo, de gemir su nombre una y otra vez, de poder dejarle marcas como él lo hace conmigo, de no tener el tiempo medido o la culpa de amarlo pero que moralmente era reprobable aun cuando era mi destinado agolparse en mi corazón hacía que disfrutara mucho más el momento.

Después de dos extenuantes pero deliciosos días disfrutando de la hombría insaciable de mi alfa, salir de mí y ser llenado con su simiente una y otra vez, así como repasar todo mi departamento con posiciones que nunca creí posible pudiera hacer, así como sorprenderme con que Tony tuviera tanta imaginación para algunas cosas, era un hecho que nunca me cansaría de su libido y ocurrencias

Preparo el desayuno, el trae solo el pantalón de la pijama mientras yo traigo su camisa, el da un sorbo de su café.

- Dígame futuro señor Stark, ¿A qué se ha dedicado todo este tiempo lejos de mí? Solo me dijiste que tenías proyectos, pero no me comentaste más - le veo de reojo, me muerdo el labio.

- ¿No me investigaste? - el niega.

-Nunca lo haría, confió plenamente en ti Steve, siempre – me guiña un ojo

-Señor Stark, quisiera hablarle de la iniciativa Renacimiento- Tony me mira muy escéptico.

-Le escucho señor Rogers- mientras se acerca a mí y pone su nariz en mi cuello, haciéndome estremecer con sus manos colarse debajo de mi camisa.

Con el paso de los días que se convierten en semanas, vamos tomando un ritmo de vida hogareña, que es muy amena, una calidez que nunca había experimentado, ¿seré egoísta si digo que quiero toda la atención de Tony para mí?

-Si cariño come bien por favor, Steve, lamento mucho el no poder vernos para comer juntos, pero sin falta en la noche llevare la cena y no, no llevare pizza esta vez sera comida de verdad, nos vemos, te amo- cuelgo el móvil.

-Vaya, Vayan, ahora te reportas Tones- la risa de Rhodey es burlona.

-Claro que sí, es mi omega y como buen omega me tiene de rodillas frente a él, aunque por las noches es en medio de sus piernas- recibo los documentos que me trae.

-Tony, no quiero tanta información basta, ¿Ya te dijo su secreto? - dice Rhodey.

-Si, ya me lo dijo después de que llegue, tuve que aparentar sorpresa, pero no podía decirle: cariño te mande a investigar para saber en qué andabas metido porque no podía con los celos de saber que tal ve algún alfa andaba atrás de ti y yo al otro lado del planeta, hasta un cuerpo de seguridad está cuidándote- comencé a reír.

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