Capítulo 3

1.7K 182 4
                                    

Narra Alexis

Busco la ropa que he dejado en el árbol pero no la encuentro, se que la dejé ahí pero no la encuentro, casi es el anochecer y debo llegar a la cena o de lo contrario mi abuelo se enojara

—¿buscabas esto? – el pelo de la mujer brilla como la luna

Doy un paso atrás y no por que le tenga miedo si no que no me agrada estar cerca de esta supuesta diosa

—¿Dónde has estado toda la tarde? – me mira de arriba a bajo como buscando algo - ¿a quién le pertenece eso? – señala con asco la chaqueta de Daniel

—no le interesa ahora con su permiso – trato de pasar por un lado pero toma mi brazo con fuerza

—debes aprender a dirigirte a mi de manera respetuosa – su agarre es muy fuerte - ¿crees que puedes faltarle al respeto a la casa de tu abuela de esa manera? Irte a revolcar con un hombre sabiendo que le perteneces a otro – trato de separarme de ella pero es imposible

Mi brazo duele demasiado, juro que puede estar rompiéndolo, su agarre se identifica haciendo que suelte un fuerte grito de dolor

—suéltame por favor – pido en pequeñas suplicas de dolor  

—dame su nombre en este momento – ordena

Jamás se lo diré prefiero morir a verlo muerto a él, no dejaré que nadie lastime a Daniel

—lo amas tanto – asegura

—Ya déjame me estás lastimando – indicó con mucho dolor

La fuerza que aplica en mi brazo no es una fuerza normal es mucho más fuerte inclusive de algunos hombres o de la mayoría

—Luna déjala – pide mi abuelo

La mujer me suelta y enseguida me quejo del dolor, es realmente insoportable

—me duele – me quejo al toque de mi abuelo – duele mucho

—tranquila princesa todo estará bien – niego sollozando

—alejarla de mi – le suplico

Esta mujer no es normal, después de todo es una supuesta diosa pero esto solo me hace ver lo cruel que puede llegar a ser

(…)

Narra Milo (abuelo de Alexis)

La arropó muy bien para evitar que pesque un resfriado, no se como su propia madre fue capaz de hacerle esto, tal vez no estuvo consiente de la fuerza que ejercía sobre ella pero de todos modos sabe que debe aprender a controlarse y más cuando trata con su hija

—quédate con ella – pido a unas de las esclavas  antes de salir de la habitación de Alex

—¿cómo está ella? – pregunta el rey de los hombres lobos

A pesar que sabe ya del odio que Alex le tiene a su especie ha sido muy paciente con ella y ha estado al pendiente en los últimos veinte años

Miro a la diosa luna la cual solo espera mi respuesta con cierta preocupación

—esta bien solo fue una fractura no llego a romperse su brazo – aviso – se supone que le tendrías paciencia – recuerdo

—lo se solo que realmente pensé que solo sostenía su brazo sabes que jamás la lastimaría conscientemente

—solo es una semi-diosa debes tener cuidado y más con la fuerza

—ya lo se no debes recordármelo

Hechicera Lunar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora