Querido diario.
Hoy ha sido un buen día.
Uno de esos pocos días en los que puedo verme en el espejo sin llorar, sin gritar y sin odiar a la única persona con la que convivo.
Yo misma.
Esta tarde salí a comprar la despensa con un humor poco habitual en mi, y se sentía bien no tener que pensar en las cosas en las que usualmente pienso.
Ese día que nunca logré olvidar...
Mi psicóloga dice que podría ayudar el hablar con alguien sobre el tema, tal vez escribirlo en esta libreta.
Pero de solo pensar en que alguien se entere, me aterra, sobre todo, de lo que podrían llegar a pensar de mi.
No quiero decirle a nadie más, porque la única vez que se lo conté a alguien, todo salió mal.
Alguien huyó de mi.
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Un Diario Perdido
KurzgeschichtenEn alguna banca de un solitario parque, una mujer escribía la palabra en su diario, para luego dejarlo olvidado. Un diario perdido.