Querido diario.
Después de un mes en un encierro total que se limita a mi habitación y la sala de la casa, mi madre ha venido a visitarme.
Después de semanas sin saber de mí se ha preocupado por mi estado.
Y lo que podría llegar a hacer.
Así que ha llegado tocando la puerta y gritando que abra. Pensé en ignorarla, pero resulta complicado ignorar a una mujer que grita desesperada mientras toca la puerta con tanta fuerza que pareciera que va a tirarla abajo.
Al final tuve que abrir y ella prácticamente se ha lanzado a mis brazos para llorar.
Y entonces me sentí como una basura.
Porque era lo suficientemente egoísta como para dejar de hablar a mi madre por semanas, dejándola preguntarse si ya me había rendido.
Si ya me había ido.
Entonces comencé a llorar con ella. Porque ella no merecía lo que le hacía pasar, no merecía mis tratos fríos y cortantes, no merecía mis palabras hirientes y eso era exactamente todo lo que había estado dándole.
Y aún así ella seguía a mi lado.
Por qué ella me amaba.

ESTÁS LEYENDO
Un Diario Perdido
Short StoryEn alguna banca de un solitario parque, una mujer escribía la palabra en su diario, para luego dejarlo olvidado. Un diario perdido.