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Querido diario.

Ha pasado ya un tiempo desde la última vez que te escribí.

Pero he estado bastante ocupada saliendo de el fondo del mar, no es que ahora este nadando en felicidad, pero al menos puedo flotar.

El día que mamá llegó a mi casa, hablamos y aunque no pude contarle todo al fin pude contarle una parte de lo que había sucedido.

De alguna manera sentí que me quitaba un pequeño peso de encima. Sabía que aún faltaba camino por recorrer, pero era un buen inicio para volver a reconectar con ella.

Por otra parte papá no quiere verme.

Eso lo sé bien, aún recuerdo sus palabras con exactitud "Lo siento pero no puedo, para mí, tú estás muerta desde que ella disparo".

Y lo entiendo.

Pero eso no quiere decir que no me duela el hecho de que pase de ser su amada niña, a ser el monstruo de sus pesadillas.

El constante recuerdo de su dolor.

Mamá dice que el solo necesita tiempo para asimilar todo, pero si no ha podido perdonarme en dos años, cuál será la diferencia en uno más?

He perdido la esperanza de que vuelva a quererme.

He perdido la esperanza de tener de vuelta a mi familia.

Un Diario PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora