Capítulo 24

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ANDELIN

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ANDELIN

Quería hallarle un sentido a la situación.

Pensaba en todas las decisiones que me habían traído hasta esta noche, era quizá la noche más larga en la que me había obligado a dormir sin ningún éxito. Y el hecho fue agotador. Recordaba una y otra vez el día en que llegué a Tybee en el auto de mi madre, medio dormido y sin ninguna expectativa sobre mí, hasta ese momento, aburrida y común vida.

Cuando estuve con mi padre, él me había dicho que no podía regresar a la noche de su muerte y que de ninguna manera podía evitarla, y si lo hacía, se crearía una línea temporal como había ocurrido en esa ocasión en la que salve a Colin. Tampoco viajar para evitar que el Agdistis se adentrará en el interior de Jeff. Ni evitar que él monstruo atravesara el cuerpo de Bridie. Sentía que no podía hacer nada con esos poderes. Había descubierto que podía retroceder el tiempo y sólo lo había hecho de un instante al otro sin crear ninguna otra cosa, otra realidad, más que volver hacia atrás y no sabía qué tan lejos podía volver en el tiempo sin que algo malo sucediera.

Había muchos tiempos por recorrer para poder entender algunas de las cosas que estaban sucediendo justo ahora, sin cambiar nada del pasado. Quería descubrir quién había matado a mi padre, quien lo había hecho con exactitud, aunque tal vez no pudiera resistirlo.

Aun así, me levanté de la cama con mucho cuidado de no despertar a Jasha que dormía a mi lado. Lo recorrí con la mirada, estaba sobre su costado izquierdo, con una mano bajo su cabeza en la almohada. Sus ronquidos eran bajos, y su respiración era lenta. Sentí una punzada de dolor en el pecho.

Observé por la ventana de mi habitación la oscuridad penetrante. Pasaban de las tres de la mañana. No tenía ni la piedra de la Luna ni de la Forma, pero sabía que su poder seguía moviéndose por mi interior hasta que no me sacaran el corazón.

Me puse un par de tenis, pantalón de mezclilla negro y una chaqueta encima de la sudadera para después salir de la habitación con el sonido de la madera crujiendo bajo mis pies a cada paso hasta la habitación de mi madre. Abrí la puerta despacio y la vi sobre su cama. Necesitaba ir hacia ese día, la noche en que todo cambió para nosotros. Mi estómago se remolineaba, los nervios y el miedo se movían por mí. Volví a cerrar la puerta de la habitación y me dirigí hacia el porche, para salir de la casa. Tomé una bocanada de aire.

El viento era fresco allá afuera, estaba cayendo una llovizna que te mojaba con la brisa del viento. Miré en mis recuerdos para ir hacia la noche en que la policía acudió a nuestra casa para notificarnos sobre su muerte. Visualicé en mis recuerdos ese día, desde que salí de la escuela, la tarde en casa haciendo la tarea y hasta que la policía llegó. Me sumergí en el sentimiento que me produjo recordar ese día, era un día feo y triste. Estire el brazo izquierdo al frente de mí, en dirección de la playa, el portal se abrió en un óvalo de nubes plateadas con pequeños rayos azules a su alrededor, del otro lado se alcanzaba a ver mi casa, mi antigua casa en Atlanta.

El Brillo de la Luna #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora