Capítulo 9

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La brisa me golpeaba de frente. Era como una caricia que necesitaba para asegurarme de que estaba despierto. No sabía si seguía dentro de ese sueño en el que había logrado salvar a Colin del Agdistis o que es lo que estaba ocurriendo.

Deslice la mirada sobre Bridie más de una vez en un minuto, su aroma era el mismo. No es que tuviera un aroma extraño o su hedor fuera desagradable, es decir, su aroma era excepcional y único. Había olvidado lo que era estar cerca de él y tenerlo muy presente, es ese tipo de aroma que te recuerda a alguien especifico.

Él se dio cuenta de que algo no andaba bien conmigo, aunque no parecía querer hacérmelo saber. Solo sonreía cada vez que nuestras miradas se encontraban.

Necesitaba saber con urgencia que es lo que estaba ocurriendo. Este no era un recuerdo del pasado. Recordaba muy bien haber despertado de ese sueño. Había abierto los ojos y la imagen se había desvanecido como casi siempre. Se sentía demasiado real como para ser un autentico sueño. El problema era ya había tenido sueños reales para poder diferenciarlos.

Cuando llegamos a la escuela. Se estacionó muy cerca de la entrada principal. Salió del auto, bajo sus cosas de la parte trasera y esperó un momento recargado en el auto, me miró intentando descubrir lo que sucedía.

―Creí que querías que fuera por ti ―Bajo la mirada.

―No se trata de eso, te lo juro. Me hizo muy feliz verte esta mañana ― ¡Otra vez! Solté un enorme suspiro ahogado―. Es solo que me siento muy nostálgico.

― ¿Extrañas a tu madre? ―Alzó sus ojos para verme. Mantenía su rostro perfecto, era el Bridie que yo conocí y que yo recordaba. Era el mismo que vi la última vez. No tenía comparación con la imagen de aquel sueño, que llevaba el cabello corto y la mirada llena de tristeza.

―Mi madre... ―Intente seguir la conversación para averiguar por qué mi madre no estaba en casa.

―Puedo ir a recogerla esta misma tarde si es lo que necesitas, pero no quiero verte de esa manera.

Le di la vuelta al auto para ir hacia su posición, busqué su mano y la llevé hasta la mía para sostenerla, fue torpe, nunca antes lo había hecho. Su tacto era suave, cálido. Apretó mis dedos sintiendo la piel contra la suya

―Mi madre está en casa de su hermana... ―le dije esperando que rectificara mi respuesta.

―Lo sé, pero aun así podemos ir a recogerla si es lo que quieres...

No, estoy bien. Es solo que esta mañana tuve una pesadilla, y no recordaba que vendrías a buscarme. Eso es todo. No es por ti, jamás lo sería ―sonreí.

Bridie me sonrió de vuelta. Se inclino para besar mi mejilla. Sentí un escalofrió. Nos movimos al interior de la escuela.
Al menos sabía una cosa. Mi madre estaba en casa de Susan, aunque fuera casi mitad de semana. No había visto a mi abuela tampoco, así podía deducir que esto no era el pasado. Tenía las tres piedras conmigo y eso significaba que era después del Agdistis y de Jeff. Aun así, no me terminaba de cuadrar del todo, lo primero era que Bridie estaba aquí en Tybee sano y salvo. La escuela parecía que estaba intacta, todos estaban ahí. Nada había cambiado en esa parte. Al llegar a la primera clase, encontré a Calíope sentada en su lugar habitual. Me siguió con la mirada en cuanto cruce el umbral. No reconocí nada en ella que pudiera identificar. Sabia que me había dicho unas cuantas cosas el día anterior.

El Brillo de la Luna #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora