Capítulo 13

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ANDELIN

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ANDELIN

Me encontraba recostado en el sofá de la casa que Bridie compartía con Jeff cuando desperté.

Jasha andaba por ahí dando vueltas por la casa, parecía inquieto, aunque ya no quería indagar más, no luego de los últimos eventos y nuestra conversación. Había visto suficiente hasta ese momento.

No tenía una manera de explicar cómo me sentía. Estaba adolorido. Tenía un cansancio en los brazos y las piernas. Dolía hasta respirar. Traté de controlarme. Había visto mi cuerpo sin vida atrapado entre las vigas metálicas, encima de un charco de sangre. La sensación me hacía querer ponerme a llorar, se me revolvía el estómago. Era como si una agonía infinita me rodeará desde el pecho haciéndome respirar con dificultad.

Las cicatrices en mi piel seguían tan frescas, sentía que en cualquier movimiento la piel se volvería a abrir y me iba a desangrar.

No quería que mi madre me viera de esta manera, aunque también tenía que ir con ella antes de que creyera que me había ocurrido algo malo.

Cuando Jasha se dio cuenta de que había despertado, se sentó en la orilla del sillón y deslizó sus dedos por mi brazo.

― ¿Cómo te sientes? ―pregunto.

―Estoy mucho mejor. Me siento bien.

― ¿Seguro? Bien, ¿bien? ―recorrió mi expresión.

―Estoy bien, gracias. En verdad, gracias por todo. Siento que tenemos más cosas en común de lo que creía ―le dedique una sonrisa.

―Creo que si podemos ser amigos.

―Necesito que me lleves con mi madre.

Jasha asintió y me sonrió.

Las calles eran un desierto. No sabía con exactitud la hora que era, aunque el cielo estaba gris, lleno de nubes que ocultaban la luz del sol. La brisa húmeda olía a tierra mojada. Caminamos despacio, ya que a mí me costaba mantener el paso y el ritmo.

La playa estaba cerrada, es decir, el muelle estaba acordonado y las calles tenía una patrulla cerrando el paso. La mayoría de las tiendas en la avenida principal estaban cerradas y los militares estaban en cada esquina.

La playera que había robado de Bridie me quedaba algo floja, lo suficiente para ocultar mis brazos y mis hombros molidos. Seguimos andando por la arena caliente en dirección a mi casa. Los relámpagos cruzaban las nubes estáticas y oscuras. Las gotas de la lluvia me mojaban las mejillas.

Subimos las escaleras de madera hacia el porche, la puerta principal se encontraba abierta y en el interior pude ver a mi madre detrás de la barra de la cocina, y una chica sentada en esta.

Mire a Jasha un momento y él miró detenidamente hacia el interior de la casa.

― ¿Quién es ella? ― me preguntó.

El Brillo de la Luna #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora