Capitulo 26

60 14 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Atravesé el portal de regreso a Tybee.

La lluvia comenzó a mojarme, caía sobre mi cabeza con fuerza. Apenas estaba amaneciendo, la poca luz se filtraba entre las espesas nubes grises.

Mire en dirección a mi casa, había alguien de pie en el porche ocultándose de la llovizna. Llevaba un paraguas en el guante del brazo, su chaqueta le ocultaba el rostro y no había ningún tipo de presencia que me revelará su identidad.

No tenía el menor interés por ir hacia la casa, ni ver a Jasha y hablar de lo que había ocurrido entre ambos la noche anterior, no estaba mentalmente preparado para enfrentarlo. Tenía el cansancio de no haber dormido sobre mí, no había dormido nada y aunque tenía la fuerza física para partir el suelo, mentalmente estaba agotado, y la escena que había visto hacía unos momentos era demasiado difícil de asimilar.

No pude dejar su cuerpo ahí como si nada, tuve que hacerlo parecer un accidente. El accidente que la policía iba a decirle a mi madre unas horas más tarde, así que de esa manera cerraba un ciclo.

La figura de pie en el porche se quitó la chaqueta que la cubría y me di cuenta que se trataba de Betty. Llevaba el cabello sujeto en una trenza por encima de su hombro derecho. Agito su mano al verme unos metros lejos de la casa.

Jamás me había puesto a pensar en qué el Agdistis de Jeff, cuando estuvimos peleando por el pueblo, había creado una ola enorme del océano que amenazaba con atacar a Tybee. El monstruo no había desarrollado los poderes de la Luna, sólo los del mar. No me podía creer en lo absoluto que siempre tuve la piedra de la Luna y el Mar fusionadas en la palma de mi mano.

Alce la cara hacia la lluvia y deje que me salpicara la cara un poco, me frote las lágrimas en mis ojos y me prepare para ir hacia su encuentro. Suspire. Entonces, lo que sucedió a continuación fue algo que jamás vi venir dentro de toda la locura que estaba ocurriendo a mi alrededor.

Una figura aterrizó sobre la arena con un gran golpe. Sentí su presencia Demontre de inmediato. Se trataba de Darkotta. Tenía una rodilla sobre el suelo y fue levantándose despacio. Se mantuvo de pie unos metros delante de mí, me miró fijamente sin una expresión en su rostro. Llevaba puesta una playera larga del guardarropa de Bridie, podía reconocer el dibujo en el estampado. La playera le cubría la desnudez del torso, pero las piernas estaban descubiertas, dejando ver una fila de moretones en la piel.

Fruncí el entrecejo al verla de esa manera, algo no estaba bien y no sabía lo que era.

― ¿Darkotta? ¿Estás bien? ―pregunté.

―Sé que tú fuiste quien me rescato, lo oí entre sueños y esas terribles pesadillas... Debiste dejar que me muriera en ese laboratorio ―su voz no era la de la chica que conocía...

― ¿Qué quieres decir? ¿Debí dejarte morir? ―Me encaminé hacia ella.

―Estuvo experimentando con nosotros, los Demontres que capturaron... ¡Ahhhhh! ―soltó un grito―. No éramos cuatro, ni diez, tenía un ejército.

El Brillo de la Luna #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora