26. CAPÍTULO FINAL - Amores Inconclusos

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- Buenas noches Kanae... ha... pasado un tiempo...

Sanemi Shinazugawa decía aquello mientras paraba de caminar, ya que se había percatado del contacto visual con Kanae, a lo que la chica, completamente fuera de guardia, solo pudo recoger sus brazos mientras daba un par de pasos hacia atrás, e inconscientemente buscó con sus manos el collar de su madre, en busca de fortaleza. Casi de inmediato, aquel nudo en su pecho renació, su mayor miedo y al mismo tiempo su mayor anhelo se habían cumplido a pesar de que ya había perdido toda esperanza de verlo aquella noche.

Kanae notó que Sanemi llevaba puesto un sencillo pero bello yukata de color gris oscuro, el cual era atravesado por múltiples líneas blancas de manera vertical, estas eran casi imperceptibles a menos que se estuviera cerca, adicionalmente el pliegue a la altura del pecho estaba un poco abierto, dejando al descubierto su gran cicatriz en forma de "x", aunque no era muy diferente a lo que usualmente mostraba cuando desabotonaba los primeros botones de su camisa de la escuela, por último el cinturón de aquel yukata era de color verde oscuro, al igual que las sandalias que llevaba.

- Sanemi-kun... - respondió la chica casi con un susurró, que en medio de aquella multitud de personas fue apenas audible, nerviosamente la chica comenzó a mirar a su alrededor al darse cuenta que era obvio que él no estaba allí por ella. "¡Claro tonta!" pensó - Lo siento mucho Sanemi-kun - rápidamente complementó la chica mientras hacía una reverencia, haciendo que Sanemi abriera los ojos asombrado - Éste es el lugar donde se supone que estaría tu familia junto a Masachika-san ¿verdad?, tú viniste aquí a encontrarte con ellos y de entre todas las personas... bueno me encontraste a mí, así que por favor discúlpame.

"Así que es por eso que te disculpas", pensó el joven Shinazugawa con alivio, mientras sentía que la vida volvía a su ser - No Kanae-san, en realidad yo he venido a verte a ti... - Haciendo que la chica levantara la cabeza sorprendida y agobiada.

- ¿A mí?, pero... cómo... - intentó preguntar la pelinegra cada vez más confundida.

- En realidad, con la ayuda de Obanai y Kumeno planeé esto, aunque aún no puedo creer que todo haya salido justo como queríamos... lo siento por eso, realmente no creo que haya podido hablar contigo de otra forma, ya que probablemente no querías verme más Kanae-san... - En aquel momento el chico hizo una pequeña pausa, para luego de un suspiro continuar - Y si es así, por favor no dudes en decirlo, me iré y te prometo que no volveré a molestarte. - Terminó de decir mientras de nuevo la miraba a los ojos.

Como si toda la multitud que estaba alrededor de ellos hubiese desaparecido, los dos se quedaron observándose a los ojos durante un rato hasta que la tímida y asustada chica al final tomando fuerzas sólo negó con la cabeza.

- No... está bien, la verdad es que yo también tengo muchas cosas que decir Sanemi-kun - Kanae se sentía de nuevo completamente vulnerable, contra él no había nada que pudiera hacer, aunque su razón poco a poco tomó el control de la situación, recordó que de todas formas ella había decidido enfrentar esta situación que ella misma había desatado.

En aquel instante, un gran estruendo se pudo escuchar, acompañado de brillantes luces que iluminaron por completo el oscuro ambiente, los fuegos artificiales habían comenzado. Una gran ovación y posteriores aplausos provenientes de la multitud llenaron el ambiente alrededor de ellos. Sanemi dirigió su mirada un momento hacía tan bello espectáculo, pero Kanae simplemente no pudo, su mirada quedó fija sobre el chico, completamente absorbida, parte de ella aún permanecía incrédula ante la actitud tan inesperada de quien había sido su primer amor. Sin embargo, con aquella luz y mirando detalladamente, la chica pudo observar que Sanemi no se encontraba en un buen estado.

- Tu rostro Sanemi-kun, estás todo golpeado, ¿Qué pasó? - preguntó preocupada, haciendo que el peli plateado volviera a mirarla, Kanae ahora advertía, gracias a la luz que proveían los fuegos artificiales, que Sanemi se veía agotado, dos bolsas se podían detallar debajo de sus ojos - Pareces realmente cansado.

Amores inconclusos - SaneKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora