11. Buscando la verdad

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El pitido generado por el monitor de signos vitales llenaba la habitación donde se encontraba Sanemi, en una cama inconsciente, afuera de ésta estaban Rengoku, Uzui y Kanae hablando con el doctor.

- El estado de Shinazugawa-san fue un poco complicado, tuvimos que realizarle un lavado de estomago y aparte estabilizarlo por el infarto que sufrió.

- ¿Infarto? - dijo Kanae con un tono lúgubre, las lágrimas no paraban de bajar por sus mejillas...

- Al parecer el joven Shinazugawa tomo una mezcla de medicamentos para aumentar la estamina y la dosis que tomo fue altamente peligrosa, este joven ha llevado su cuerpo más allá de sus límites, notamos que estaba cubriendo sus ojeras y palidez con maquillaje, todo su cuerpo presenta síntomas de fatiga extrema. Concluimos que llevaba esforzándose de más por bastante tiempo y que cuando ingirió dicho cóctel de medicamentos, su corazón no resistió más.

- ¿Mezcla de medicamentos? ¿por qué lo haría? - dijo Rengoku pensativo.

- Por suerte su condición es estable, pero deberá estar internado por lo menos dos semanas.

En el momento en que Sanemi había colapsado delante de todo el salón, todos habían quedado impactados, Kanae, Uzui, Sabito y Rengoku habían corrido hacia él y al ver que no reaccionaba, llamaron a una ambulancia que lo llevó al hospital más cercano. Kanae totalmente superada por la situación no dejaba de derramar lágrimas y no se despegaba del lado de Sanemi, al punto que ella fue quien estuvo en la ambulancia junto a él, mientras que Rengoku junto a Uzui iban en un taxi.

- ¿Ustedes son sus amigos? - preguntó el doctor, a lo que los tres aludidos respondieron afirmativamente - ¿Podrían decirme el contacto de algún familiar para poder avisarle del estado del joven Shinazugawa?

En ese instante, los tres se quedaron en silencio, aquella pregunta había abierto un baúl que se había mantenido cerrado ya por seis meses, desde que habían conocido a Sanemi éste había mantenido la información relacionada a su familia al mínimo, Rengoku y Uzui se miraron por un momento y recordaron la vez cuando Sanemi se animó a contarles acerca del trato que había hecho con el director, y lo poco que les había dicho acerca de su familia, sabían que tenía 6 hermanos, que eran huérfanos y por eso Sanemi trabajaba tan duro para mantenerlos, pero poco más les había contado, no tenían direcciones ni teléfonos a los cuales llamar.

Un momento después sería Rengoku quien respondería.

- No se preocupe doctor, yo le avisaré a la familia de Sanemi-san, con respecto a el pago de los gastos médicos, yo lo cubriré.

Una vez el doctor se fue, los tres se quedaron en silencio, en aquel pasillo donde solo se podían escuchar los sonidos de las máquinas y el jadeo del incontrolable llanto de Kanae.

- Somos unos imbéciles, cómo no nos dimos cuenta, él tenía ese semblante tan terrible y de la noche a la mañana llega totalmente renovado - agregó Uzui enfadado.

Mientras tanto Kanae estaba en silencio, totalmente perdida en sus pensamientos, pero en su rostro traía una expresión de miedo, ansiedad y remordimiento.

- Esto es mi culpa, yo lo hice correr por toda la escuela para poder ir a varias atracciones en el festival escolar, que he hecho... - susurraba Kanae en voz baja una y otra vez.

- Kanae-san, trata de calmarte, ¿Quieres un té? - dijo suavemente Rengoku, a lo que la aludida lo miró y Rengoku pudo ver que se encontraba realmente mal.

- Mira Kanae-san, si de alguien es la culpa, es mía, yo fui quien lo alentó para que fuera el cocinero del maid café, no sospeche que Sanemi estaba escondiéndonos algo tan grave, debí haberme dado cuenta antes - dijo Rengoku.

Amores inconclusos - SaneKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora