Capitulo 16 Especial 4/5

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CAPITULO

16

Dinah

    Quiero pensar en todo menos en  ese día, no quiero mirar como lloraran mi perdida…pero es imposible no pensar en ello. Suspire desganado mientras miraba mi habitación de un color azul muy nítido y grandes cortinas azules, con las paredes tapizadas de  posters de Beyoncé y con una gran cama en el medio con sabanas color marrón, una mesita auxiliar  a un lado de la cama con una radio. La puerta blanca del armario estaba agrietada y parecía que un día se vendría abajo, eso me hiso recordar que un día yo me vendré abajo y tengo miedo de ello. Mire hacia las cortinas azul oscuro que evitaban que la luz se filtrara por las ventanas, la habitación estaba oscurecida y cada vez que miraba mi mano solo podía notar el contorno oscuro de esta. Camine a tientas por la habitación con la mirada puesta en mi cama, en ella estaba un fotografía con un marco de madera. La foto era un yo un poco más joven con dos chicas a los lados, una de ellas tenía el cabello castaño oscuro que caía como ondas sobre sus hombros y unos Marrones intensos, y la otra tenía el cabello negro azabache  por capas  con unos ojos marrones brillantes y esa sonrisa que jugaba en su rostro que  me hacia suspirar. Sonreí con añoranza por aquellos tiempos de tanta lucha, quería solo quedarme dormido y no volver a despertar pero al ver esa foto solo quería más días. Me  tumbe en la cama y estire mi  mano hacia el cajón de mi mesita auxiliar y saque un cigarrillo  con un encendedor. Lo coloque  entre mis dientes apretando con mis labios y  lo prendí mientras mis ojos se perdían en la llama de fuego que  salía débilmente de el encendedor, deje escapar el humo de mis pulmones expulsándole de un solo jalón a hora era más constante verme  fumar  mientras miraba con tristeza aquellos días.

-Dinah-escuche la voz de Mani llamarme a lo lejos, sus pisadas resonaban por la silenciosa casa que  terminaría por verme morir. Cerré los ojos de nuevo mientras sentía el humo quedarse atorado en mis pulmones, lo expulse con dificultad evite toser, ella giro la perilla dorada de la puerta blanca empujándola hacia afuera y pude ver su cuerpo cubierto de oscuridad entrar en mi habitación o más bien mi refugio.

Encendió la luz de mi habitación y me miro mientras cruzaba los brazos y sus cejas se fruncían  formando una mueca de  desaprobación. Yo solo me encogí de hombro mientras dejaba la fotografía a un lado mío. Ella camino más cerca con pasos intimidantes mostrando su indignación.

-Se puede saber porque estas fumando-me riño mientras arrebataba el cigarrillo de mis labios con brusquedad y lo aplastaba en el cenicero de mi mesita de noche.

-vete-le dije sin mirarla a los ojos.- déjame con mis demonios-le termine de decir, sabía que sus ojos mostraban dolor, pero prefería a eso, que aun siguiera verme acabado.

-te ves demacrada-susurro posando su mano en mi mejilla, sentí su tacto suave en ella el calor absoluto que irradiaba no me dejaba vivir en paz. A parte su mano de mi mejilla y la mire a los ojos con suplica, ella me miro devastada al entender mi mensaje…se fue y yo me quede solo. Había una vez, una chica muy buena con un solo problema… la gente le hacía pensar que era mala.

Camine hacia el cuarto de baño, donde me mire al espejo. Vi a esta chica con el cabello más largo y grueso, con esos ojos amarrones muertos con la cara demacrada y desvelada. Ya no estaba aquella chica de ojos marrones  con el cabello arreglado con una mirada carismática y esa pasión por vivir. Abrí la llave del grifo y me moje el rostro, tenía que seguir  como si nada. El día que muera será perfección, eso esperaba  con cada día que pasaba más lejos estaba de estar bien. La muerte era inevitable y mis  ganas de seguir viviendo se iban con aquellos tristes recuerdos que podían mantenerme en pie. ¿Dónde quedo aquella amante apasionado por la vida?, se fue tras este suceso y lo sabía bien porque esto estaba escrito  por aquel que condeno a su propia sangre a la misma maldición llamada muerte, lo recuerdo muy bien esas crudas palabras que se clavaron como dagas en mi corazón y no me dejaron vivir en paz por los siglos de los siglos aun así sin más amen que ganas de seguir de pie.

-¡Y que sepan bien!-decía mientras mis lagrimas fluían mirándolos llorar- uno de ustedes se morirá, y no me importara que se vaya al mismo infierno. Me reiré en su funeral, lo juro en el nombre del altísimo y esto quedara grabado por los siglos de los siglos-mi cuerpo tembló porque sabía que ellos no morirían ellos no era yo.

Mis lágrimas flotaron y recorrieron mis mejillas. El nos maldijo y ellos sabían bien que solo la muerte de uno de los nuestros lo cambiaria, ¿pero como remplazar algo que es irremplazable? Soy débil, soy rencorosa, odio me iré al infierno por el simple hecho de no perdonar a nadie. Yo no quiero que eso pase con Mila Ni con Mani cuando muera, y sé que Mani saldrá adelante y que Mila tiene a cierta belleza de ojos verdes que le ayudara.  Corrí a mi habitación y busque en mis libretas una hoja en blanco tome una pluma y comencé a escribir mis últimas palabras de aliento que no alcanzare a decir, tenía que ir con ella…ella será la esperanza de mi niña de ojos marrones profundos.

Corrí por los pasillo de aquel edificio en el quinto piso, había una puerta caoba con  una placa de oro que tenía el numero 112 colocado en el. Tome unas respiraciones rezando muy fuerte  para que Mila no estuviese con ella. Toque la puerta dos veces hasta que escuche un par de pisadas del interior cuando la puerta se abrió revelo a la belleza de ojos verdes ella me miro con confusión.

-¿buscas a Camz?-pregunto-le iré a decir que la buscas-se iba a girar para llamar a Mila pero la detuve tomándola de la muñeca y arrastrándola afuera cerrando la puerta.

-podemos hablar en privado-le decía serio- hay un parque cruzando la calle podríamos hablar ahí. Ella asintió y caminamos al parque, el camino era silencioso e incomodo podía notar cierta tensión en el  aire pero tenía que decirle. Nos detuvimos en el parque cerca había unos columpios y me senté en uno de ellos comenzándome a balancear un poco, ella imito mi acción.

-¿a qué viene todo esto?-pregunto, yo me mantuve en silencio y solté un suspiro.

-Días oscuros se acercan-le dije- y esos días ella te necesitara para que seas su agarre antes de que caiga, porque yo no podre sostenerla esta vez.

-¿Qué sucede Dinah me estas asustando?-me pregunto  su voz temblaba su mirada suplicante.

-quiero que en mi epitafio diga “la chica que se convirtió en viento”.

-Dinah-murmuro despacio y con tristeza.

-Morir es inevitable-me balance más fuerte con mas impulso podía sentir que tocaba el cielo.

-¡Me voy a morir!, ¡Y Me iré al infierno!-grite en la cima.

Solo el cielo sabe lo que les espera a ellas y a mí.

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Tengo que aclarar este capitulo...

Cuando Dinah habla de "ellos" habla de su familia que en esta historia es disfuncional. "Él" es su abuelo que segun en la historia siempre los humilla y los maltrata. 

Simplemente 

Cinthia

EN TUS OJOS VERDES(camren) *EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora