Capitulo 6

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CAPITULO

6

-Camz- mi nombre salió de sus labios haciendo que mi corazón se fulminara en un infarto, el sentido más figurado de la palabra.

-Lauren- le dije acercándome a ella, parecía realmente feliz. Lo miraba cuando me sonreía, y en la forma en que sus ojos brillaban verdes como las hojas, como el pasto húmedo, verdes como las uvas.

-hueles a alcohol, dime por favor ¿que  no estás ebria?- estaba ella preocupada. La desesperación en su voz era exaltante se hacía notar demasiado.

-no, bebí pero solo lo suficiente como para poder estar aquí- metí las manos en mi sudadera negras mientras ella sonreía. ¿Por qué razón no dejo de pensar que es hermosa?

Baje la mirada al suelo, mirando la gravilla fina incrustada en el pavimento del estacionamiento. Sentí su cálida mano posar en mi hombro mientras se acercaba lentamente a mí.

-puedes mantener tus manos lejos-murmure con timidez ella se inmuto a hacer lo que le había pedido.

-no me quieres cerca- su voz se apagaba con tristeza. Cerré los ojos muy fuertes antes de decir algo.

-quédate pero no tan cerca ni tan lejos, basta con solo sentir que estas aquí para sentir calor-suspire mientras alzaba  la mirada para verla en conmovida con mis palabras.

-siempre estaré a mitad de la carretera tapándote el paso- sentí como su  brazos cálidos me jalaban juntando nuestros cuerpos. Ella era más alta que yo.

Yo llegaba hasta su nariz, y aun así escondí mi rostro en su cuello cálido y pálido como la nieve, me recordaba a ese manto de nieve en que solemos jugar en días de invierno. Me di cuenta de que no quería una historia épica, sino solo una historia, era una simple historia lo que pedía.

-solo no me dejes caer al vacío…- ella me apachurro con fuerza.

Abrí los ojos, el sol me molestaba. Y solo desperté para mirar el mismo sofá de su quinto piso en un edificio viejo, aun recuerdo sus cálidos brazos rodearme por completo. El más mínimo contacto fue…indescriptible.

Mire la misma cobija gris, mi sudadera estaba tirada en el suelo de madera al igual que mis zapatos.

Me levante del sofá mientras inspeccionaba el lugar sencillo, con una tv de 45 pulgadas  y una mesita para café  había un par de revistas en ella. Me acorde algo era una simple frase que una vez escuche salir de los labios de mi madre.

“el amor es una simple plataforma”.

Su voz resonaba distante en mi cabeza, recordarla me hacia querer llorar. Nunca le dije adiós…se fue y yo me quede ahí. Pero no podía detenerme ella me dijo cuando era pequeña que tenía que seguir, pero cuando intente seguir su voz me hacia recordarla…simplemente no puedo.

-no llores- esa voz me saco de mis pensamientos hasta que sentí las gotas de lagrimas que caían de mis pómulos.

-l-lo siento- mi voz se quería quebrar. Pero sentí como limpiaba mis lágrimas con su dedo pulgar.

-no llores, no puedes llenar el mundo de lagrimas- eso era cierto, no podía seguir llenándolo de lagrimas pero si te das cuenta  es imposible que no lo haga. Cuando su voz hace eco en mi corazón.

-n…no….puedo- me abrazo de nuevo, su corazón latía fuerte. El calor me derretía.

Dinah era una idiota, estábamos sentadas en las bancas de un parque mientras mirábamos a Isabela jugar en el centro de juegos, ella se deslizaba por el tobogán.

EN TUS OJOS VERDES(camren) *EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora