Capítulo 09

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Mi puerta volvió a sonar, abrí los ojos rápidamente debido al susto y me levanté de un brinco de la cama, estaba más oscuro que la última vez que estuve despierta, la puerta se abrió discretamente y una mujer me sonrió desde ahí.
Xx: la están esperando para cenar, señorita.- no creo que sea obligatorio compartir mesa con esas personas, asentí levemente sin dar un solo paso y la mujer se retiró. Me acerqué a la ventana y me recargue en los barandales que decoraban el balcón, hacía un poco de viento pero no era molesto, las estrellas por fin habían aparecido alrededor de la luna, las noches anteriores no habían podido notarse debido a las nubes, se sentía bien recibir un poco de aire fresco.
Mario: desearía poder lanzarte del balcón, pero lamentablemente no es tan alto.- suspiró detrás de mí, lo miré enseguida y este sonrió.
T;N: creo que compartimos deseos.- sonreí.- sí vienes porque quieres que baje a cenar, no lo haré, me siento realmente mal cómo para tener que fingir que tus padres y tú me agradan.
Mario: ¿es tan difícil que pongas de tu parte?- parecía estresado, pero yo también lo estaba.- solo quiero que bajes a cenar con mi familia, que por sí no recuerdas, es tuya ahora.
T;N: ustedes no son mi familia, ni siquiera los que se supone que lo eran, lo son.- me alejé de él y camine hasta la cama nuevamente para entrar a las cobijas.- te agradecería que me dejarás tranquila, no sé que tan difícil será de ahora en adelante.
Mario: te morirás de hambre.- me encogí de hombros y cubrí mi cabeza con la sábana.
T;N: eso sería lo mejor que me podría pasar ahora.- escuche sus pasos acercarse, me descubrió rápidamente el cuerpo y me levantó de la cama en sus brazos.- ¡No! ¡Suéltame!
Mario: tu voz me parece tan insoportable.- confesó, lo miré con enojo y seguí pataleando para que me bajara, él me lanzó a la cama con desespero y después golpeó una de mis piernas causandome dolor, incluso yo me sorprendí con eso, lo miré y este no encontraba la manera de mirarme siquiera por un segundo.
T;N: ¿también serás un jodido golpeador?, carajo, no sé en realidad que es lo que me sorprende.- sus manos estaban moviéndose con nerviosismo a sus costados y su respiración acelerada.- aléjate de mí, a partir de ahora hablaremos solo cuándo sea necesario, de ahí en más, no me dirijas la palabra.- me recosté mejor sobre la cama y cubrí todo mi cuerpo con la sábana nuevamente, mi corazón latía con rapidez y sentía mis mejillas arder, el dolor en la pierna duro unos pocos segundos pero había sido fuerte, una lágrima resbaló por mi mejilla y terminó humedeciendo un poco la almohada.
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*Mario*

No tenía idea de que había sucedido, siempre había odiado a mi padre por sus arranques de agresividad, pero ahora hice lo mismo que él y me siento el más asqueroso por ello. Llevaba un rato sentado frente a mis padres con el plato de comida intacto, ellos me veían de vez en cuando mientras comían y hablaban entre sí.
Madre: ¿por qué has estado tan serio durante la cena, cariño?- la miré por unos segundos y solo le sonreí.
Padre: seguramente tuviste una pelea con esa niñita malcriada.- negué rápidamente y bebí un poco de zumo.
Mario: no, es solo que estoy cansado.- suspiré.- fue un día lleno de estrés, lo que más deseo ahora es ir a dormir, ¿puedo?- ellos se miraron entre sí y después asintieron. Me levanté de la silla y camine fuera del salón, no sin antes desearles buenas noches. Subí las escaleras con nervios, quizás ella estaría despierta y ni siquiera tengo idea de cómo verla a los ojos o pedirle perdón, tomé un poco de aire y abrí la puerta, las luces estaban apagadas en su totalidad y solo tenía abierta la ventana, el aire entraba con fuerza y estaba frío, camine sigiloso hasta el balcón y cerré la ventana para evitarle un posible resfriado.
Mario: lo siento.- susurré, sabía que ella no me escucharía. Entre al baño y me coloque mi pijama, sería un poco difícil conciliar el sueño hoy. Me recosté en el sofá, no quería molestarla o interrumpir su sueño, estoy seguro de que para ella fue un día muy complicado, incluso más que el mío, miraba el anillo en mi dedo anular con los reflejos de la luz que provenía de afuera, en un abrir y cerrar de ojos mi vida cambio rotundamente.

UN CONTRATO AMOROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora