Capítulo 42

209 9 0
                                    

Brincaba y daba vueltas sobre el césped con sus brazos extendidos, Noah y yo la mirábamos cómo sí fuera una mariposa apunto de emprender un viaje, vestía un suéter morado con dibujos y un pantalón acampanado, su cabello estaba sobre el aire mientras trataba de acomodarse sobre sus hombros, se veía libre, se veía feliz, a pesar de todos los golpes que lleva en el cuerpo y alma.
Noah: la extrañe.- sonrió con ternura y nostalgia.
T;N: lo sé.- pasé mi brazo sobre sus hombros y este me sonrió.- tu abrazo lo dijo todo, no hubo necesidad de que agregaras ninguna palabra.
Noah: a veces pienso...¿qué hubiese sido de nosotros sí no estuviéramos juntos?- me miró y yo me encogí de hombros.- estoy agradecido con la vida por haberlas puesto en mi camino.
T;N: yo igual.- sonreí mientras regresaba mi vista a Marian, ella venía caminando mientras acomodaba su cabello y nos sonreía.
Marian: mi tía ya llegó, chicos.- dijo con su respiración entrecortada y señaló a una mujer que venía detrás de nosotros, tenía un ligero parecido a Marian y vestía elegante. Ambos nos pusimos de pie y nos colocamos frente a ella, se dieron un abrazo cálido que incluso yo sentí.
Margaret: buenas tardes, muchachos.- nos saludó de mano y después regreso a lado de Marian.- Marian me ha contado mucho de ustedes, así que no es necesario que nos presentemos cómo típicamente lo hacen, les agradezco por haber cuidado de ella, lucharé para que no le falte nada y pueda tener una vida segura.- pasó su brazo por los hombros de Marian y beso su frente.
Noah: gracias.- sonrió.- mantente en contacto, Marian.
Marian: lo haré, muchas gracias por todo.- sonrió con lágrimas apunto de desbordarse, fui hasta dónde ella se encontraba y la hundí en mis brazos, sentí cómo sus lágrimas mojaban la suave tela de mi camisa, se separó y me miró mientras limpiaba las lágrimas que habían mojado sus mejillas.- te visitaré cuándo todo esto se calme, y entonces diremos "recuerdas cuándo"- asentí tratando de contener el nudo que se formaba en mi garganta, ella se alejó de mí y se despidió de nosotros con una sonrisa brillante y su mano elevada al aire.
Noah: ahí va nuestra pequeña guerrera.- sonrió a mi lado mientras colocaba sus brazos cruzados sobre su pecho y la veía alejarse.
T;N: deseo que le vaya muy bien con su tía.- suspiré.- se lo merece, ha pasado por mucho.- vimos cómo ella se alejaba en la camioneta de su tía y entonces comenzamos a caminar nosotros.
Noah: ¿y tú?- lo miré confundida.- ¿cómo te va en tu matrimonio?
T;N: meh.- hice una mueca y metí mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón.- a veces bien, a veces mal, cómo todo.
Noah: ¿tú lo amas?- esa pregunta me puso a pensar, sin embargo, mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo, lo saqué y mire de quién se trataba.
T;N: hablando del rey de Roma.- burlé y me coloque el celular en el oído.- dime.
Mario: ¿en dónde estás?
T;N: salí con Marian y con Noah, ¿necesitas algo?- escuché un suspiro del otro lado de la llamada.
Mario: iré contigo, dime tu ubicación.- ni siquiera estaríamos aquí por mucho tiempo.
T;N: no es una ubicación fija.- suspiré.- Noah se ofreció a llevarme a casa, así que estaré allá en un ratito.
Mario: bien...- suspiró.- no tardes.- dicho esto, colgó. Volví a guardar el celular en mi bolsillo y continuamos con nuestro camino hasta que nos subimos al auto de Noah.
Noah: sabes...a veces me preguntó...- hizo una pausa y después me miró por unos segundos, luego regresó su mirada a la carretera.- ¿y sí tú...te hubieras casado conmigo?- reí confundida y me encogí de hombros.- ¿hubieras sido feliz?
T;N: no sé porque me preguntas esas cosas, Noah.- burlé.- pero eres un gran chico, así que seguramente hubiese sido feliz también.
Noah: también...- susurró, él le subió a la música y se centró en conducir, yo iba mirando los árboles pasar mientras otros carros se interponian. No sabía sí ahora mismo era realmente feliz, mi futuro por el momento es incierto y aunque quiera averiguarlo, no obtendre respuesta exacta de lo que quiero saber...
Pasaron unos minutos en carretera, al fin estaba frente a mi casa.
Noah: tu casa es muy bonita.- sonrió mientras divisaba la fachada por el vidrio delantero.- creí que aún vivías con los papás de tu esposo.
T;N: no, ahora somos un matrimonio independiente.- reí.- muchas gracias por haberme traído y por darnos a Marian y a mí un momento relajante.
Noah: cuándo quieras.- sonrió, me incliné un poco para despedirme y él dejo un beso en la comisura de mis labios, me aparte rápidamente al sentirlo tan cerca, él me sonrió sin decir ni una sola palabra, la puerta del auto se abrió y Mario tomó mi mano.
Mario: gracias por haberla traído.- Noah asintió sin decir ninguna palabra, me quite el cinturón de seguridad y me baje del auto, Mario se encargó de cerrar la puerta. Me despedí de él con la mano mientras arrancaba.
T;N: ¿hace mucho que llegaste?- él negó mientras caminaba conmigo hacía el interior de la casa. Estando ahí, cerró la puerta detrás de mí y me pegó a ella con autoridad, su mano rodeó mi cuello para pegarme más a su rostro, sentí su respiración chocar con mi nariz.- ¿qué haces?- susurré, mis manos tomaban su antebrazo mientras que mis ojos miraban sus labios.
Mario: ¿te besó?- negué, él suspiró y pegó su frente con la mía, nuestras narices se acariciaban. Fueron unos segundos de tensión, sus labios atraparon los míos con rapidez, una corriente eléctrica recorrió mi espalda y sentí cómo mi corazón brincaba en su lugar, era un beso lleno de ternura, pasó sus labios a mis mejillas y dejo una más ahí mientras me hundía en su pecho.
Mario: lo siento tanto.- susurró.- estuve pensando en todo lo que te dije anoche, en lo que ha sucedido y soy un completo estúpido.- me miró fijamente y suspiró.- debo de sentirme orgulloso porque tengo a una mujer grandiosa a mi lado, qué me demostró una vez más lo valiente que es.
T;N: no aceptaré esa disculpa hasta que no me prepares algo rico de comer.- hice un puchero y me crucé de brazos frente a él, pude notar una pequeña sonrisa en sus labios rosados.
Mario: de acuerdo.- rodó los ojos mientras burlaba con fuerza.- lo haré, pero sólo porque me siento culpable, no porqué me gustes más que el cereal con malvaviscos.
T;N: ¿Ya lo probaste?- puse cara de asombro y él asintió orgulloso.- ¿y qué tal? ¿sabe mejor que el chocolate con malvaviscos?
Mario: digamos que es la mejor combinación, la segunda mejor dicho.- sonrió.
T;N: ¿y cuál es la primera?- se inclinó para quedar a mi estatura y después acarició mi mejilla con su dedo pulgar.
Mario: tus labios con los míos.- sentí mis mejillas calientes, solté una risa mientras cubría mis labios, tratando de ocultar lo avergonzada que estaba. Él se giró y comenzó a caminar, sonreía victorioso y sus pasos eran con un bailecito incluído que jamás había visto, me volverá loca.

UN CONTRATO AMOROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora