Capítulo 54

201 9 0
                                    

Desperté sintiéndome un poco incómoda, el cuerpo me dolía pero era una sensación extraña, parecía que me habían dado latigazos en la espalda. Me moví un poco, causando dolor en algunas partes de mi cuerpo, él se dejó caer a mí lado y colocó su brazo debajo de mi cabeza, aclaré mi vista y él me sonrió con ternura.
Mario: buenos días, cariño.- con su mano libre, acarició mi mejilla y dejó un beso en mis labios.- te he traído un poco de fruta picada, un poco de jugo y tus pastillas.- acarició mi hombro con tal suavidad que parecía cómo sí solo rozará mi piel, cerré los ojos por unos segundos y lancé un suspiro, uno muy profundo, me acerqué con dificultad a él y acurruque mi cara en su pecho.
T;N: gracias por todo.- susurré, él beso mi frente y pasó su brazo con suavidad para poder abrazarme, no pude detener aquella lágrima que resbaló por mi nariz y cayó sobre su brazo.
Mario: ¿Por qué me agradeces?- tenía un nudo en la garganta, sentía que en cualquier momento él iba a desaparecer.
T;N: por todo.- aclaré mi garganta y volví a cerrar mis ojos.- toda mi vida he tenido muchos miedos, tú eres consciente de algunos de ellos, sin embargo, contigo logré sentirme protegida, sabía que aunque ellos estaban presentes, no me atacarían de la misma forma en que lo hacían.- dije mientras acariciaba el borde de su camisa.- cuándo te conocí, sentí que te odiaba y me daba coraje estar cerca de ti, me rehusaba a compartir un año de mi vida contigo, creo que te lo comenté antes, pero después, me di cuenta de que no podía odiar a otra persona que también fue víctima de los actos de su padre, noté cada uno de tus miedos, aunque no todos, pero supe que también estabas sufriendo como yo y merecías ser amado, así que mi corazón te amó y me hizo amarte con cada parte de mi ser, creo que por primera vez, mi cabeza y mi corazón pensaron y actuaron de la misma manera.- me quedé en silencio por unos segundos y después continúe.- me siento cómo una adolescente enamorada.- reí y él hizo lo mismo.- una que se imagina historias con su novio antes de dormir.
Mario: ¿ah sí?- se separó un poco de mi, dejando su mano sobre mi cintura, colocó su mano debajo de su mejilla y me miró con atención.- cuéntame.
T;N: no lo haré.- reí sintiendo cómo mis mejillas sentían calor.- es vergonzoso.
Mario: vamos, quiero que me cuentes- insistió. Analicé la situación y después lo miré.
T;N: tú y yo siendo felices, en una casa pequeña con un hermoso jardín.- sonreí al imaginarlo.- un pequeñín corriendo a nuestro alrededor mientras come una paleta, lo cuál sería un poco peligroso, pero así lo imagino, teniendo un trabajo estable y amándonos con mucha fuerza.- él sonrió y bajó la mirada.
Mario: eso suena hermoso.- suspiró.- es momento de que tomes tus pastillas, amor mío, lo siento por cortarlo tan seco pero tienes que hacerlo o te comenzará a doler.
T;N: ya comenzó el dolor hace unos momentos.- reí.- está bien, las tomaré.- él se puso de pie y colocó una pequeña mesa sobre la cama mientras yo intentaba sentarme. Corrió hasta el extremo dónde yo estaba y me ayudó, colocó ambas almohadas en mi espalda y me recargue, relajando mi cuerpo y soltando el aire que había acumulado en mis pulmones.
Mario: primero come un poco de fruta antes de tomar las pastillas.- asentí, comencé a comer, cada trozo de fruta le caía increíblemente bien a mi estómago y mi paladar disfrutaba la frescura de esta, él dejó un par de pastillas sobre mi palma y las tomé enseguida. El celular de él comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo y contesto.
Mario: sí, papá.- tragó saliva y me miró.- lo siento, T;N: está lastimada y me quedé con ella para ayudarle.- podía escucharse la voz autoritaria de ese hombre, aún cuándo no estaba en altavoz, podía escucharlo.- está bien, me daré un tiempo e iré para allá.- dicho esto, colgó, volvió a guardar su celular y me miró, me puse a comer la fruta que quedaba en mi plato. Él se acercó a mí mientras jugaba con sus dedos.
T;N: ¿te tienes que ir?- hizo una mueca, le sonreí, tratando de ocultar lo que realmente sentía.- está bien, por mí no hay problema, estaré bien.
Mario: ¿Estás segura?- asentí decidida mientras masticaba un poco de melón.- bien, me iré cuando termines tu desayuno.- se sentó a mi lado mientras me veía con atención.- ayer me olvidé de preguntarte, además de que estabas muy agotada, pero ¿qué te dijeron los agentes que entraron a tu habitación?
T;N: me entrevistaron para poder darle seguimiento a mi caso.- suspiré.- dijeron que andarían por esa zona y buscarían cámaras de seguridad, ojalá que den con ese hombre, no quiero que otra persona pase por lo mismo.
Mario: sí, esperemos que así sea, pequeña.- sonrió, podía notar en su rostro que le urgía que yo terminará de comer, me lo decían sus manos impacientes sobre sus piernas y miraditas repentinas a mi plato. Lancé un suspiro y dejé el cubierto a un costado del vaso con jugo.
T;N: ya he terminado.- él me sonrió, parecía que sus ojos se habían llenado de vida nuevamente.- puedes irte, estaré bien.
Mario: trataré de terminar esos asuntos y vendré enseguida para mimarte.- se levantó rápidamente y dejó un beso fugaz en mis labios, cerré mis ojos y suspiré.- te amo, nos vemos más tarde.- nuevamente lo miré y asentí, él salió disparado de la habitación, deje de escuchar sus pasos acelerados y después el motor del auto encenderse, sabía que se había ido. No pude evitar llorar, estaba demasiado sensible y quizás actuaba egoísta por querer que él estuviera conmigo en estos momentos, pero sentía que algo malo pasaría y que me lastimarian, además de que lo anhelaba a mi lado.

UN CONTRATO AMOROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora