Capítulo 30

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Un amigo de Mario lo había contactado para informarle sobre una casa en venta que tenían, estaba localizada a las afueras de la ciudad pero en una zona algo poblada, y así fue, llegamos al lugar que nos habían dicho, cruzando la calle había un pequeño parque con algunas atracciones para niños pequeños, estaba rodeado de hermosos árboles, que sin importar la estación climática, se veían resplandecientes. La mayoría de las casas que había alrededor estaban teñidas de colores claros y decoradas por las vísperas de navidad, era hermoso.
Mario: ¿Entrarás o quieres esperar aquí?- su voz me hizo voltear a verlo, camine hacia él y este lanzó un suspiro mientras su vista se alzaba.- jamás creí que buscaría una casa propia.
T;N: tranquilo, sólo será por un corto tiempo.- le sonreí para brindarle un poco de tranquilidad, sé que sería difícil para él alejarse de su familia, puesto que él sí los estimaba. Un chico nos abrió el portón enorme de aquella casa, ambos entramos, tomados de la mano cómo siempre. Había plantas medio secas rodeando el jardín, el pavimento estaba en forma de "T" con anchura adaptable para un auto.
Mario: ¿podemos entrar? creo que el jardín no es tan importante, Lucas, así que no veo la necesidad de admirarlo tanto.- pero yo si quería, lo miré por unos segundos pero él ni siquiera lo hizo. El chico, llamado Lucas, asintió enseguida y abrió la puerta de aquella casa, era de dos plantas pero el interior era pequeño y justo para una pareja.
Lucas: estaba haciendo limpieza para sacar todo el polvo, tiene meses sin habitarse.- suspiró.- esta cómo bien se ve, es la sala, es decisión de ustedes sí quieren cambiar la sala o dejar esa, el televisor es prácticamente nuevo y nunca se uso por los anteriores huéspedes, la remodelación es completamente a gusto de ustedes, pero cómo bien les dije antes, no hay necesidad de que gasten en cosas innecesarias cómo la tecnología que hay aquí, algunos muebles sí necesitan un cambio, cómo por ejemplo...- miró alrededor de la sala y caminó hacia un pequeño cajón marrón.- cómo este, su madera ya es muy vieja y por la parte de arriba se formó una laguna, los anteriores huéspedes eran un par de adolescentes descuidados.- solté la mano de Mario y la metí en mis bolsillos, pude sentir su mirada centrada en mí.
T;N: está bien para nosotros.- suspiré.- supongo que más adelante nos encargaremos de agregar las cosas necesarias.
Lucas: me parece perfecto, ¿les parece sí les muestro las habitaciones?- asentí enseguida, sentía emoción pero no tenía que ilusionarme mucho, después de todo, solo sería por un tiempo. Subimos las escaleras, Mario venía detrás de mí pisandome los talones. Lucas abrió la primer puerta blanca, lo primero que pude ver fue una cama matrimonial perfectamente ordenada, con sábanas blancas y un par de almohadas grises sobre el respaldo del mismo color, en cada extremo había una alfombra negra y un mueble de noche con pequeñas lámparas blancas, también había una ventana mediana con cortinas blancas combinadas con el color negro en sus capas. Frente a la cama estaba el tocador blanco, el marco del espejo estaba rodeado de pequeños focos que se encontraban apagados, también había un closet incrustado en la pared con puertas corredizas que ni siquiera se notaban, la habitación estaba teñido con colores grisáceos, a mi parecer, era bonito. Justo a un lado del closet, había una puerta color negra, me acerqué a ella y giré el picaporte ver detrás de ella, justo cómo lo sospechaba, ahí estaba el baño. La regadera estaba cubierta por puertas de cristal y cortinas externas que parecían suaves, el inodoro tenía una cubierta de felpa color café y una alfombra del mismo color, el lavamanos era amplio, arriba tenía un espejo con una pequeña decoración en forma de cisnes, a un costado estaba el toallero. Abrí las puertas de cristal que tapaban la regadera y recorrí las cortinas, por primera vez era así, sin tina alguna, estaba completamente adornado de mosaicos amarillentos con decoraciones al azar y un sin fin de acondicionadores sobre un cajón colgable de varilla blanca.
El tiempo transcurrió rápido mientras veíamos cada rincón del lugar, todo me había parecido perfecto para la situación, la cocina era amplía, tenía una barda de mármol en el centro con taburetes negros, la alacena era grande y con varios departamentos que contenían frascos con sus respectivos ingredientes, según lo que había dicho Lucas, él los había llenado hoy.
T;N: a mí me parece bien.- sonreí con entusiasmo.- tiene las cosas necesarias para una pareja, ¿no lo crees?- lo miré, su rostro era inexpresivo mientras que sus brazos descansaban sobre su pecho.
Lucas: para ser una pareja de recién casados, lucen demasiado felices.- burló, podía notar su sarcasmo.- en fin, las llaves serán suyas sí ambos están de acuerdo.
Mario: esperaba algo mejor.- suspiró.- pero veo que mi mujer está de acuerdo, así que no tengo ningún problema con eso.- sacó mi mano de mi bolsillo y la tomó enseguida mientras me sonreía.
Lucas: perfecto, entonces solo tienen que firmar unos papeles que sellarán nuestro trato.- se descolgó un maletín desgastado de su hombro y lo depositó sobre la barra central. Comenzó a rebuscar entre las carpetas que tenía en el interior, sacó sus gafas y después una carpeta amarilla que estaba rota de los costados.
Mario: ¿tienes un bolígrafo?- me extendió la mano, la miré por un segundo.
T;N: ¿Por qué yo debería de traer uno?.- respondí, él suspiró y después extendió la otra mano frente al chico con anteojos.
Lucas: aprendan algo, siempre deben llevar con ustedes un bolígrafo, nunca sabrán cuándo lo necesitaran.- rodó los ojos mientras sacaba uno del bolsillo interno de su chaqueta café y lo colocaba al centro sobre la carpeta.- firmen en todas las líneas marcadas con una "x", por favor. Así lo hice, firme en cada una de las hojas.
Mario: ¿no te enseñaron a leer cada letra antes de firmar algún papel?- me arrebató el bolígrafo y comenzó a leer él. Nunca había firmado algún contrato y no creí que fuera necesario leer cada párrafo.
Lucas: tomaré asiento.- soltó resignado y arrastró el taburete hasta dónde él se encontraba, recargo su barbilla sobre la palma de su mano y lo miró con detenimiento.

Pasaron alrededor de 10 minutos y las hojas ya se encontraban firmadas por ambos, Lucas recibió nuestro pago y después se retiró, dejándonos las llaves sobre la barra central.
Mario: ¿quedaste satisfecha?- dijo mientras acariciaba el sofá con la yema de sus dedos.
T;N: claro, creo que es un buen lugar.- suspiré.- los colores son suaves y parece estar cómodo.
Mario: sí tú lo dices.- suspiró resignado y metió sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón.- ahora debemos ir a casa por nuestras cosas.
T;N: yo no tengo nada ahí.- y es que era cierto, toda la ropa, maquillaje o joyas, le pertenecían a la señora Mary.- pero puedo acompañarte.
Mario: está bien.- asintió.- pero creo que es muy rápido para mudarnos, ¿no?
T;N: entre más rápido lo sea, mejor.- comencé a caminar hasta la puerta, escuchando sus zancadas detrás mí.

UN CONTRATO AMOROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora