Parte 16: Imperios y selvas

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Riven y el Reckoner Garras intentaron hacer frente a un Draaaven corrompido por la niebla sin demasiado éxito. 

Para colmo Shiraza y Kato aparecieron muy muy magullados, mientras que el campeón arruinado tenía nuevos aliados.

"Hey... ¿quién es la parca?"

"Soy Matyr de Camavor... aquella que lleva la palabra del rey..."

"Guay, otra friki..." - se quejó Shiraza

"¿Podemos aplastarle?"

"Si no hemos podido cortarle no creo que podamos golpearle" - les dijo Garras

"¡Grruaaahh!" - gruñó el minotauro

La presunta lucha se interrumpió cuando el emperador Swain entró en escena, siendo que el espectro encapuchado lo reconoció.

"Jericho Swain... él te conoce..."

"Por supuesto que me conoce..."

Al fin de al cabo fue el Rey Arruinado quien rejuveneció al emperador noxiano.

"¿Vienes a apoyarle o a enfrentarlo como estos necios?"

"Vengo a saldar una cuenta pendiente..."

"Explícate..."

"Solo sigo las normas del juego..."

Swain reveló en sus manos lo que parecía ser una máscara de jade, inundada de una magia espectral que llamó su atención.

"El fragmento..."

"Llévatelo, y llévate también la niebla contigo"

"¿Quieres librarte de esta bendición?"

"Hazlo..."

El espectro hizo brillar su reliquia, haciendo que la máscara fuera a parar a sus manos. Luego miró al minotauro mientras la magia que poseía desbordaba.

"¿Vas a venir?"

"........"

"¡No vayas! ¡Thea!"

"Este ya no es mi lugar... Riven..."

La guerrera se acercó al espectro y le tomó del hombro, desapareciendo en un torrente de magia espectral ante los ojos de Swain.

Draaaven también pareció volver a la normalidad, cosa que calmó a sus compañeros.

Mientras tanto, la niebla selva continuaba su rumbo en las selvas de Ixtal. Allí se encontraba la emperatriz Qiyana con uno de sus subordinados.

"Rengar, estoy cansada de excusas"

"No es una..."

"Logro que esa Zyra entre en razón... a golpes... ¿solo para que me digas que no puedes eliminar a los invasores?"

"Mis armas no funcionan con fantasmas..." 

"Te di una simple orden..."

"Veo que no entiende demasiado bien el problema"

"Mi único problema fue enviarte a ti en lugar de..."

Una mujer con una especie de cuchilla en mano irrumpió delante de ellos, combatiendo y decapitando a un espectro.

"A ella..."

"Aeff.. arf..."

"¡Eh! ¡Plebeya!"

"¿Mmm? ¿Quién..." - instantáneamente se arrodilló al ver a Qiyana - "¡Su majestad!"

"¿Por qué tu no haces eso? Rengar"

"Todos en este maldito reino tienen el pelo blanco, ¿esperabas que me acordase?"

"Recuerdame que te apedree luego..."

"Grgr..."

"Plebeya, ¿cuál es tu nombre?"

"¡Soy Ravassa! ¡Centinela de la luz!"

"¿Centinela de la luz?"

"¡Sí! ¡Estoy encargada de destruir a todos los espectros que nos amenacen!"

"¿Ves? Rengar, ella sí es eficaz"

"Tiene armas usables, que es distinto"

"Bien, Centinela Ravassa, ¿cuánto crees que durará esto?"

"Pues... yo diría..."

"Está por terminar"

La voz pertenecía a un espectro. Una mujer con armadura y espada que caminaba con bastante calma y tranquilidad.

Era la misma que hasta hace un par de horas había dejado Noxus.

"¿Hoy es el día de encontrarme con gente que no me importa? ¿Y tú quién eres?"

"Matyr... enviada del Rey Viego de Camavor..."

"¿Viego? ¿Camavor? Te lo estás inventando"

"No, dice la verdad..." - le dijo Ravassa - "¡Habla del Rey Arruinado! ¡El causante de todo!"

"Rey Arruinado... pff... qué lamentable apodo"

"El rey me envió para rastrear la zona en busca de su amada..."

"¿De su qué?"

"Pero tal parece que estas selvas no ocultan nada"

"Espera un momento, idiota fantasma..."

Pero la espectro no hizo caso de sus palabras y clavando su espada en la tierra hizo brotar un torrente de magia que le hizo desaparecer.

"Genial... perfecto... una inútil menos..."

El Rey ArruinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora