9. Desaparecidos

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—Newt. ¡Newt! Despierta, hijo.— llamó el sheriff a Newt, sacudiéndolo por el hombro para que despertara. El dragón abrió los ojos con dificultad, le dolía la cabeza y veía todo a su alrededor moverse, de modo que apenas podía ver bien el rostro del sheriff frente a él— ¿Dónde está Stiles?— pregunta mostrando la desesperación y miedo en su rostro. Ante eso se levantó de golpe al despertar por completo, mareándose en el proceso, teniendo que ser ayudado por el sheriff para mantenerse en pie. Rápidamente comenzó a olfatear ya que no podía ver bien, y soltó un jadeo comenzando a alterarse .— ¿Qué ocurre?— preguntó preocupado por la reacción del dragón. Newt lo miró asustado.

—No puedo encontrar su aroma.

La manada y la policía se estaban moviendo nuevamente, otro adolescente había desaparecido y era el mismísimo hijo del sheriff. Stiles había desaparecido, y otra vez al igual que con Scott, no podían encontrarlo. Una vez más no había rastro ni aroma, y todas sus cosas estaban en su lugar. Era como si se hubiera evaporado.

Tanto Noah como Newt estaban teniendo una crisis, el sheriff preocupado hasta la médula y temiendo perder a su hijo, y el dragón por no estar atento y poder protegerlo, también preocupado y temiendo por el bien del chico que amaba. Pero lo cierto es que nadie lo culpaba, sólo que ahora se temían por el bienestar de toda la manada que parecía ser el objetivo de alguien, que se había llevado a dos de los miembros más importantes, por lo que Derek decide que hasta nuevo aviso todos se mudaron a la mansión y no se quedarían solos en ningún momento.

Al terminar el primer día de búsqueda todos estaban desesperados, y ahora el sheriff tenía a toda la manada en su casa buscando pistas o cualquier cosa que les pudiera ayudar a encontrar a Stiles, que no hayan visto las primeras cuatro veces que revisaron el lugar. Lydia que revisaba la habitación de Stiles junto a Newt, puso atención en la taza vacía sobre el escritorio. La tomó notando los restos en el fondo de la taza más una peculiar mancha color violeta. La olfateó y se dio cuenta que había sido usada para beber café, pero le seguía llamando la atención la peculiar mancha.

—¿Quién bebió de esta taza?— pregunta la chica al dragón que olfateaba la habitación.

—Yo lo hice.— dijo acercándose a la banshee— Stiles me preparó un café antes de que viéramos una película.— explica. Lydia miró la taza con los ojos entrecerrados— ¿Qué?— ella le mostró el contenido de la taza y le pareció raro lo que vio, y le dio una olisqueada. Luego de hacerlo arrugó la nariz y se alejó de la taza.

—¿Qué olfateas?— le preguntó curiosa.

—Café y... algo asqueroso.— dice Newt pasándose la mano por la nariz— Definitivamente asqueroso, no me gusta para nada.

Lydia asintió sonriendo, y con la taza en una mano, tomó a Newt en la mano para ir en busca de Deaton, que se encontraba escaleras abajo.

—Creo que encontramos algo.— le comunicó la banshee al druida cuando llegaron a su lado, quien los miró extrañado al ver la taza en la mano de la adolescente. Este la tomó y al ver los restos en el fondo, se mostró curioso y confundido.

—Sí. También lo creo.— habló el druida mirando al par de adolescentes que se vieron entre sí— Acompáñenme. Iremos a la veterinaria.— dijo dirigiéndose a la salida, siendo seguido por los jóvenes.

Mientras iban en camino, Lydia le envió un mensaje a Allison para que la manada supiera dónde estarían.

Cuando llegaron a la veterinaria, los chicos vieron trabajar al druida. Este entró en su consultorio y tras ponerse unos guantes, tomó la taza y con un bastoncillo de algodón tomó una muestra de la peculiar mancha violeta. Luego puso el bastoncillo con la muestra sobre un pequeño recipiente de vidrio y sobre ella vertió un líquido azul, y vio a Newt taparse la nariz.

—Oh...— se quejó Newt tapándose la nariz con ambas manos y poniendo mala cara— No me gusta eso. — Ante eso Deaton sacó un frasquito con polvo y se la acercó al dragón.

—¿Huele como esto?— le pregunta Deaton. Newt se quitó la mano de la nariz para oler lo que mostraban, cubriéndose otra vez, asintiendo mientras intentaba no desmayarse por el efecto de la extraña sustancia. Tuvo que apartarse y sentarse contra una pared para calmarse. Deaton entendiendo la actitud del dragón, se llevó la muestra y los polvos a otra habitación, pues tras la reacción tenía una respuesta— ¿Quién bebió de esa taza?— le preguntó a Lydia cuando volvió con los adolescentes.

—Newt.— contestó la pelirroja, a lo cual el druida asiente— ¿Por qué?

—El café preparado en esta taza fue mezclado con belladona. Alguien intentó envenenar a Newt con ella.— explicó a ambos adolescentes, Lydia lucía confundida, y quería la opinión del dragón, pero al verlo se dio cuenta que estaba inconsciente. Se sintió un poco mal por él, por lo que se acercó y lo recostó de lado para que no se lastimara el cuello.

Luego se levantó y llamó a la manada para ponerlos al tanto del nuevo descubrimiento que habían hecho. Tras unos diez minutos todos se encontraban en la veterinaria para oír lo que Deaton y los dos chicos tenían que contarles, aunque les pareció extraña la petición de traer la cafetera y todo el café de la casa de los Stilinski.

—La noche de la desaparición de Stiles, Newt bebió café de esta taza.— comienza a hablar el druida, enseñándole a los presentes la taza vacía sobre la mesa, mientras analizaba el café que habían traído de la casa de los Stilinski— Estaba contaminado con belladona, al igual que todo el café en esta mesa.— dijo levantando la vista para mirar a la manada— Quien lo contaminó, lo hizo con un sólo objetivo: envenenar a Newt con ella. Afortunadamente la dosis de belladona no fue demasiada y sólo consiguió sedarlo.

—Entonces, la persona que lo hizo, sabía lo que estaba haciendo. Sabía que era la única debilidad que Newt tiene.— dedujo Lydia, a lo que Deaton asintió— Así se llevaría a Stiles sin que él interfiriera.

—¿Pero quién lo hizo?— preguntó Allison cruzándose de brazos.

—Podría ser un clan de cazadores.— propuso Isaac.

—Creo que los hubiéramos olido.— dijo Malia, a lo cual algunos asintieron, dándole la razón.

—Y no habrían sólo envenenado a Newt, se lo hubieran llevado con ellos.— dijo Lydia descartando aquella idea.

—Los dragones son valiosos para los cazadores.— les recordó Newt sentado en una silla, pues aún estaba un poco aturdido por oler belladona.

—Y los únicos que saben qué eres realmente, somos la manada, Deaton y el sheriff.

—Y ninguno tiene un motivo para hacerte daño.— comentó Jordan viendo al pequeño dragón, a lo cual todos asintieron, haciendo sonreír a Newt. Luego se tomaron un momento para pensar en quién podía ser el responsable detrás de todo, ¿quién querría lastimar a Newt y llevarse a Stiles?

—Scott.— dijo Derek en voz alta, haciendo que todos lo miraran— Él estaba en la habitación cuando Newt despertó por primera vez, y vio cuando Deaton le lanzó belladona para calmarlo.

—Y es el único al que no le agrada y quería alejarlo de Stiles.— completó Lydia la idea.

—Oigan, estamos hablando de Scott, ¿recuerdan? ¿El alfa verdadero que se niega a matar? Él nunca haría algo así, y tampoco lastimaría a Stiles.— habló Isaac viéndolos a todos.

—Tal vez no el antiguo Scott, pero el actual le rugió a su mejor amigo y casi lo atacó. ¿O esa parte se te olvidó, enamorado?— habló Peter molesto, a lo cual Isaac gruñó amenazante haciendo brillar sus ojos, pero el mayor no se inmutó. Y es que tenía razón, aunque Isaac no quisiera creerlo, todo lo que habían dicho tenía sentido. Scott había intentado matar a Newt, pero por fortuna sólo lo dejó inconsciente, luego se llevó a Stiles debido a la posesividad de su lobo. Por eso había desaparecido, se estaba preparando, y seguramente había robado de la veterinaria la belladona y tal vez algo para cubrir su olor y el de Stiles, por eso no podían encontrarlo.

Fue a la conclusión que llevaron todos, y no podían creerlo. Tenía mucho sentido. Scott lo hizo.

STORIES OF FIRE, WOLVES AND PACKS (PARTE 1 y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora