14. No quieres conocerme bien.

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Entre a la primera clase de la mañana, algunos ya estaban adentro pero no mas de la mitad. Había llegado mucho antes para poder tomar el asiento que quería y no tener que sentarme con Dante, ya que era la clase de matemáticas.

Camine hasta el asiento de adelante y deje mis cosas, mire por inercia donde solía sentarme con Dante, recuerdos fugases me invadieron, esos en donde hablábamos toda la hora de cosas triviales, o escuchábamos música juntos con los audífonos, o incluso la ves que lo cubrí cuando el profesor descubrió que dormía, le dije toda la respuesta... no pude evitar reírme con nostalgia, lástima que nada de eso había sido real, fue solo algo tan pasajero.

Deje pensamientos innecesarios y me senté. Al rato sonó la campana y todos entraron, Dante al llegar me miro unos segundos para luego caminar a su asiento, evite mirarlo a toda costa. Minutos después llego el profesor y empezó la clase, el tiempo transcurrió lentamente hasta que toco la campana.

Tome mis cosas rápidamente y camine hasta la puerta, pero al salir una persona se cruzó en mi camino y no pude evitar chocar con ella.

– ¡Hey! ¿Qué demonios te ocurre? –Grito enfurecida Ashley para luego mirarme y relajar su expresión lentamente –Ah, eres tú. –Su comportamiento parecía haber cambiado a como había sido ayer, su expresión se volvió dura y seria, era extrañamente diferente.

–Em... hola –Dije recomponiéndome en mi lugar –Lo siento, no te vi.

–Sí, ya lo note –Dijo cruzando sus brazos mirándome de arriba abajo – ¿Qué haces aquí?

Confundido la mire – ¿Salgo de clase?

–Esta es la clase de Dante.

–Lo sé, coincidimos en esta. –Ambos quedamos en silencio y note como a sus espaldas salía Dante del aula –Lo siento, me tengo que ir –Acomode mi mochila al hombro y me fui caminando por el pasillo sintiendo su mirada.

Si las miradas mataran...


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–Tranquilo Erwin, seguro lo hiciste bien.

–No lo sé, es la primera vez que me pasa.

Sonreí –Creo que deberías tomártelo con más calma.

El suspiro y froto su rostro, parecía muy estresado.

Me encontraba con Erwin en la cafetería, parecía que no le había ido muy bien en un examen y eso le estaba afectando.

Pero conociéndolo, seguro exageraba, él era extremadamente inteligente, era casi imposible que no quedara entre los mejores del instituto.

Suspire –Iré a comprarte algo para que te relajes –Le sonreí y camine hasta la cafetería, la señora que atendía llevaba un aura de mal humor, seguramente por tratar con adolescentes toda su mañana –Buenos días, me puede dar un sándwich de pollo con un jugo de naranja por favor –Dije lo más amable posible.

Ella asintió sin decir nada y comenzó a prepararlo, me apoye en el mostrador a esperar, la cafetería estaba repleta de estudiantes pero no veía a ninguno de la banda, probablemente estaban ensayando o algo parecido, de todas formas eso ya no me correspondía.

Debía olvidarlos, debía seguir con mi vida sin volver a involucrarme con ellos. Por mi propia salud mental.

En cuanto a Erika... me confundía, aun no sabía cómo tratar con sus sentimientos, por ello no había podido acercarme a ella como solía hacerlo antes.

Tus Ojos Grises (GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora