01. Hola, me llamo Ángel

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–Ángel –Escuché apenas –Ángel, despierta –Abrí mis ojos lentamente.

–Mmm

–Llegaras tarde, levántate. –Sacudí mi mano afirmativamente y escuché sus pasos salir de la habitación.

Me levante perezosamente del colchón en el suelo, la noche había sido dolorosa. Con un ojo medio cerrado y otro abierto entre al baño, me di un baño y me cambie a mi estilo de siempre, buso gris, pantalones holgados y gorro de lana.

Baje a la planta baja notando todas las cajas de la mudanza en un lado, hace solo dos días nos habíamos mudado a esta ciudad, nada estaba aún organizado, solo tenía un colchón y una lámpara en mi habitación.

Anoche había sido una tortura, la espalda me dolía debido a la dureza del colchón.

Suspire y mire la hora, estaba a tiempo.

–Siéntate –April me paso un vaso de jugo con un sándwich.

Me senté sonriendo y comenzando a comer.

–¿Y mama? –Pregunte acabándome el jugo.

–Se fue temprano

–Espero que encuentre trabajo pronto...

–Tu solo preocúpate por estudiar, enano –Revolvió mi cabello bruscamente y fruncí mi ceño irritado.

Abril era una hermana madura y con la mente decidida pero realmente le gustaba molestarme.

Tomo un cigarro de la mesa y lo empezó a fumar. Me levanté acabando de tomar el último sorbo de jugo y caminé hacia la puerta.

–Que te vaya bien –Dije rápidamente para luego salir trotando de la entrada.

El sol estaba radiante, la brisa que rosaba mi piel me daba un tenue escalofrío, estaba por iniciar una nueva vida, era aterrador y emocionante.

La sola idea de ingresar como nuevo a una preparatoria me helaba la sangre, no estaba seguro como me iría.

Después de la muerte de mi padre todo se fue para abajo, ya no me sentía bien en mi anterior escuela, ni en esa casa ni en ningún lado, todo me recordaba a él. Mi madre decidió mudarnos a esta ciudad para empezar otra vez, mi hermana y yo aceptamos, era lo mejor.

Dejamos todo atrás.

Estire mis brazos al aire y a lo lejos mire el instituto, era enorme e imponente, los estudiantes entraban por montones.

Camine lentamente hasta entrar, los chicos que pasaban me ignoraron totalmente. Camine por el pasillo, el secretario que me atendió me había dado un horario y todo el reglamento del instituto en general.

Debía admitir, era grande, no tenía idea como llegar a mi clase de matemáticas.

De repente sonó el timbre y los estudiantes comenzaron a correr a las distintas aulas, me quede mirando aturdido en medio del pasillo.

Saque el mapa del colegio con el horario de clases, lo mire de arriba a abajo, camine por los pasillos según el mapa me llevaba, pero realmente estaba perdido y comenzaba a desesperarme.

Los pasillos comenzaron a vaciarse, solamente quede yo sin saber qué hacer.

Me apoye en la pared cansado y un chico salió de repente de la biblioteca, tenía algunos libros en las manos y su cabello era totalmente negro y tras esas enormes gafas se notaba un tenue azul en su color de ojos.

Cargaba con una mirada totalmente seria, de una altura más o menos igual a la mía y con el aspecto de alguien que conocía muy bien el instituto.

Me acerque alegre hasta él.

Tus Ojos Grises (GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora