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La viva llama de la esperanza

Narra Haru

Al llegar al hospital sentía una sensación muy extraña. La madre de Ryu venía conmigo. Al contarle en el camino hasta aquí lo que había sucedido, fue un gran golpe para ella. La vida de Ryu era lo más importante para ella a pesar de no haber estado en su gran mayoría de años. Es una situación complicada pero su madre, Rita, siempre intentó apoyarlo.

Preguntamos en la recepción en qué habitación se encontraba Ryu y nos dijeron que estaba en la 208, en la segunda planta. Subimos a paso apresurado y luego de pasar por varias habitaciones, logramos dar con la habitación de Ryu.
Rita entró primero y luego yo detrás suyo. Apenas me había atrevido a levantar la mirada a dónde él se encontraba por miedo a lo que podría llegar a ver.

— ¡Ryu, cariño! — Rita se acercó hasta la camilla y se sentó al lado de la misma. Tomó la mano su mano la cual estaba casi llena de cables. — Lo siento tanto, hijo... De haber estado aquí antes ésto jamás hubiera sucedido. No debí irme dejándote solo aquí. Apesar de que ya eres un adulto tu salud siempre debió ser importante para mí por sobre todo. — Observó todo el alrededor de su hijo y luego apoyó su cabeza en sus piernas. — Debes de odiarme... Tal vez si despertaras ahora dirías que no quieres tenerme cerca.

Sus palabras eran muy emotivas y llegantes. Supongo que el amor y cariño de una madre jamás se desvanece cuando se trata de un hijo.

En ese momento Tsunade entró acompañada de un Doctor que jamás había visto. Me acerqué a Nao y éste tomó mí mano.

— Buenas noches. Usted debe ser la madre de Ryu. — Tsunade se acercó a Rita y luego le echó una mirada a al antes mencionado.

— Así es. Dígame, porfavor, ¿cómo se encuentra mí hijo? ¿Mejorará, verdad?

— Es un caso un tanto complicado y difícil de tratar. Déjeme ponerla al tanto, Señora Nakahara.

Tsunade comenzó a ponerla al tanto de todo a Rita. Ella no sabía NADA de la enfermedad de Ryu. Poco a poco, mientras más información entraba por los oídos de ella, sus ojos dejaban escapar lágrimas una tras otra sin parar. No soltaba la mano de su hijo ni un solo segundo, su agarre era delicado pero temía que en cualquier momento comenzara a desbordarse. Nao y yo nos acercamos sin emitir ni una sola palabra, apoyando una de nuestras manos en sus hombros. Rita siempre pasó por momentos muy difíciles en su vida, pero eso no quitaba que sea buena persona con los demás. A pesar de que nunca llegué a tener una muy grande relación siempre sabía que podía contar con ella.

— ¿Hay... hay una posibilidad de encontrar una solución?

— Verá, hemos estado intentando hayar algo hace ya un tiempo, pero la información es muy escasa. No hay nada que podamos asegurar. Por eso quería pedirle su permiso yo misma para ser la encargada de la salud de Ryu. Si me permite, quiero hacerle algunos estudios especiales para tal vez, hayar algo. — Hizo una pausa y luego prosiguió. — Es difícil. Pero lo más mínimo es importante ahora.

— Comprendo... He oído muchas cosas de usted, Tsunade. Pero confío en sus habilidades. Estoy segura de que puedo confiarle a mí hijo. Tiene mí permiso.

— Perfecto. — Asintió — Ah, casi lo olvidaba. Necesitaré la ayuda de ambos en ésto.

Nao y yo nos miramos confundidos. ¿Qué podríamos hacer nosotros?

•Luz y Oscuridad• ||Sasuke Uchiha||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora