T/N Sano, hermana menor de Mikey siempre estuvo enamorada de Baji Keisuke, el amigo de su hermano, era prohibido para ella pero eso no impedía que ambos se quisieran, sin embargo, el día que Baji estaba a punto de declarársele este termina en la cár...
—¡T/n!—exclamo Mikey en voz alta haciéndome salir de mi trance—No has tocado tu dorayaki y has estado muy rara, ¿Ya me vas a decir porque te quedaste a dormir anoche en la casa de Mitsuya sin mi permiso?
Era sábado por la tarde y al llegar en la mañana a casa Mikey me había preguntado si en la tarde querría ir a comer un postre con el por lo que accedí, era lindo pasar tiempo con el.
—Ya te dije que solo quería despejarme un poco—le conteste indiferente.
—Osa osa mentirosa ¿Sabes que tengo ojos en todos lados verdad?—respondió mi hermano mordiendo aquel de su taiyaki.
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Oh genial...
—Dime algo, tu fuiste la razón por la que Baji y Chifuyu se agarraran a golpes ayer, ¿Verdad?—pregunto con seguridad a lo que rápido caí en cuenta.
Ya lo sabe.
—Mikey por favor no vayas a hacerles algo—le pedí al recordar como es que este se ponía cuando se enojaba.
—Contéstame con la verdad, ¿Alguno te pego, te hizo daño, te amenazo?—me interrogaba mesurado.
—¡No, claro que no!¿De que personas crees que hablamos?—respondí algo asustada.
—Perdona, es solo que me preocupo, eres mi hermana menor y no quisiera que nadie te hiciera daño, aun si son mis amigos—contesto Mikey, se le notaba la preocupación y eso me hacia comprender su actitud.
—Tranquilo Mikey, bueno...si tu intención era saber si había pasado algo mas que la golpiza de esos 2, si, ayer yo termine con Chifuyu—le conté cabizbaja.
—Hey, esta bien, estoy seguro tuviste tus razones, a diferencia mía tu piensas mejor las cosas antes de actuar—me decía Mikey a la vez que me abrazaba.
—Gracias por entender Mikey—le respondí correspondiendo a su abrazo y recargándome en su pecho.
—Pero voy a sacar a esos 2 de la ToMan—dijo como si nada.
—¡¿QUEE?!—grite confundida.
—Tranquila, será temporal, no volverán a la Tokyo Manji hasta que resuelvan sus diferencias y se disculpen contigo—respondió sonriente.
—¿Pero como?, es decir, que tal si nunca lo hacen, la ToMan...
—Si quieres intervenir hazlo y también estará bien si piensas que alguno es digno de tu amor, pero te diré algo, si alguno se atreve a hacerte daño o a lastimarte...yo mismo lo mato—dijo con esa mirada seria que al verla te congelaba por completo.
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