T/N Sano, hermana menor de Mikey siempre estuvo enamorada de Baji Keisuke, el amigo de su hermano, era prohibido para ella pero eso no impedía que ambos se quisieran, sin embargo, el día que Baji estaba a punto de declarársele este termina en la cár...
—¡¿Como pudo suceder estos otra vez?!, ¡Tenia a Hina conmigo, ella no merecía morir!—decía el desesperado Naoto a la vez que lloraba junto a su amigo Takemichi después de haber visto a la pacifica Hina descansar en su ataúd.
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—¡Ese maldito de Kisaki!, debemos hallar a ese infeliz, ahora sabemos que es debido a el que la ToMan colapsara y es el ocasionante de que Hina siga muriendo en todos los futuros—aquel pelinegro intentaba calmar a Takemichi quien no dejaba de soltar lagrimas y llanto de dolor.
A fin de cuentas, vivir la muerte del amor de su vida frente a sus ojos no debe ser nada fácil.
—Escucha Takemichi, debemos idear otro plan para derrotar a Kisaki y evitar el desvió de la Tokyo Manji—las palabras de Naoto hicieron reaccionar a Hanagaki.
—Naoto, debo volverme el jefe de la ToMan, ¡Es la única forma de orientar el rumbo de la pandilla!
—Vaya, si que eres alguien obstinado, ¿eh?, de acuerdo, pondré toda mi fe en ti Hanagaki, creo que no hay nadie que ame mas a mi hermana que tu, supongo confiare en tus decisiones, bueno, hagámoslo—levantaba aquel pelinegro la mano hacia Takemichi.
—¡Espera!, e-es que—aquel de Takemichi su ponía algo apenado ante lo que iba a decir—lo que pasa es que la ultima vez que viaje, n-no lo hice solo, veras, por accidente tomaste la mano de t/n y mía por lo que ella esta en este presente también, así que tenemos que buscarla.
—¡¿Que hicieron que?!
—¡Es tu culpa por haber tomado la mano de ambos!
—¡Tenian que ser mas cuidadosos!, ahora tenemos que buscar a t/n y quien sabe cuanto tardemos en encontrarl...—las palabras de Naoto fueron interrumpidas por los murmuros de las personas que empezaban a dominar el lugar.
—Wow que linda es.
—Parece una muñeca de porcelana.
—Tremendo cuerpazo que tiene.
—Su ropa es increíble.
Una hermosa mujer, elegante y con mucha presencia entraba al lugar acaparando la mirada de todos quienes la observaban sorprendidos y junto a ella personas de servicio traían hermosas coronas de flores muy caras que colocaban junto a las demás flores de Hina.
—Si, ella es nada mas y nada menos que, la dama de negro y creo que empiezo a entender que hace aquí—las palabras del pelinegro ponían mas nervioso a Hanagaki—ella es nuestra t/n Sano.