¿TE GUSTA LO QUE VES?

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De todas las locuras que había hecho en mi vida esta desde luego que iba a estar en el top 5 de mi lista.

Me encontraba de noche un día laboral en el muelle esperando a que el chico de ojos azules que me había besado tan dulce corriera una carrera para saldar una cuenta de mi amiga.

Debería escribir un libro de mi vida.

Cameron había ido a por su precioso Mustang y yo estaba de pie bebiendo una cerveza caliente que me habían ofrecido unas chicas a las que había visto un par de veces en el Destruction.

La banda de Escorpiones no estaba muy lejos de donde me encontraba, los oía reír, eructar, escupir , pero lo peor no era lo que oía, sino lo que veía.

Maldo llevaba sin quitarme el ojo desde que Cameron se había encaminado a traer el coche para la carrera.

y en lo que él me llevaba mirando, solo me preguntaba si se acordaría de lo que hicimos esa noche, si estaría pensando en ello mientras me devoraba con los ojos.

Y a medida que su mirada se volvía más potente, mi estómago se revolvía en respuesta y hacía un esfuerzo por aguantar las arcadas.

¿Dónde cojones estaba Cameron? 

Si salíamos de aquí con vida, seria por poco tiempo porque iba a matarle yo misma, lentamente y muy dolorosamente, un dolor que ni en sus peores pesadillas se pudiera imaginar.

Y en el momento en el que me estaba imaginando la octava o novena forma de matar a Cameron, un Mustang precioso, salvaje, ruidoso e imponente apareció a mi lado.

El coche se paró y yo abrí la puerta, me agaché sin entrar en el vehículo.

-Tenemos que ir un poco más adelante, ahí estará la zona de salida-Le indiqué a Cameron que tenía las manos en el volante, su mirada me decía que estaba concentrado y listo.

Cameron asintió.

-Sube-Me dijo mientras obedecía, y entraba en el coche, cerrando la puerta e inhalando el olor a ambientador.

Cameron condujo hacia donde se encontraba otro coche y la gente estaba alrededor gritando como locos poseídos. 

-Esto no es una buena idea-Dije en alto empezando a hiperventilar igual que aquella vez que junté MDMA con dos redbull y ginebra. Acabé con un ataque de ansiedad que pensé que me iba a morir.

-Tú eres la de las malas ideas-Me dijo Cameron mientras paraba el coche y echaba el freno de mano.

-Incluso yo sé que esta idea es horrible, no hay forma de que podamos salir de aquí sin ningún hueso roto, y no es poco infravalorarte y eso-Le puse la mano en el brazo suavizando las palabras que iba a soltar-Pero no es que seas rayo mcqueen, y Maldo ya cogía coches desde los 12 años, nos va a comer-Tragué saliva y me mordí el labio al decir esta ultima frase ya que en verdad Maldo a mí ya me había comido una vez.

Cameron agarró el volante con fuerza, medio sonrió y me miró divertido.

-Hay una cosa que se me olvidó comentarte sobre mi-Dijo sin apartar la mirada de la mía.

-¿Enserio?,¿Ahora?, no tenemos tiempo de contar batallitas Cameron-Suspiré y me moví nerviosa en el asiento.

-Maldo llevara cogiendo coches desde los 12, pero yo llevo ganando medallas sobre ruedas desde los 7 años-Me guiñó y yo abrí la boca, estaba en blanco y con la boca abierta.

Ahora Cameron se volvía interesante.

-¿En que puto momento ibas a contármelo?-Me empecé a reír, todo era surrealista.-¿Tú compites?.

MALAS INFLUENCIAS(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora