Capítulo 20: El Hechicero Oscuro.

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     Hardstark nació en el coven wicca de Nottingham, pero siempre se interesó por más que lo que practicaban los wiccas. Junto con Steylsen se volvió un hechicero, ambos aprendieron hechizos sanadores y a contactar a los espíritus de la naturaleza.

Los wiccas más ancianos y experimentados veían un futuro prometedor para ambos. Uno como el sumo sacerdote de la aldea y el otro tal vez como su mano derecha.

Pero todo cambió para Hardstark cuando conoció a un cazador espiritual llamado Vance Sky. Lo buscaron para que los ayudara con una compleja situación que enfrentaban. Los tres unieron fuerzas para cazar a un demonio carnívoro que emboscaba a los viajeros en el bosque. Vance se encargó de rastrearlo y encontró su cueva.

—Es aquí —les señaló Vance; era joven, alto y apuesto, con el cabello rubio platinado y ojos verdes. Llevaba vestimenta de montar porque había ido hasta allá en caballo, y tenía puesto un sombrero. Llevaba un sable azul envainado en la cadera.

—¿En esta cueva? —Steylsen se acercó—. Está muy oscuro, no puedo ver nada.

—Apártense. —Hardstark hizo aparecer una bola de fuego en su mano y la arrojó al interior de la cueva. Esta estalló y por un instante pudieron ver que en el interior de esta había huesos humanos.

—¡Demonios! —masculló Steylsen; en aquella época usaba el cabello corto, vestía una toga negra y no tenía los tatuajes wiccanos en el rostro—. Esto será peligroso.

—Debe haber más de diez esqueletos ahí adentro —replicó Hardstark. En aquel entonces, su cabello castaño oscuro era más largo; lo llevaba peinado a los lados, con mechones que caían enmarcando su rostro. Vestía la toga negra de los wiccas y llevaba un pentáculo de ramas colgando del cuello.

—Descuiden. —Pese al poder oscuro que enfrentaban, Vance Sky lucía sereno—. Tengo un arma efectiva contra demonios.

—¿Un arma? —Hardstark levantó una ceja. A simple vista, ese sable que llevaba no parecía muy efectivo para enfrentar a un demonio carnívoro.

En ese momento, los tres escucharon un gruñido. Y vieron enormes manos rojas aferrándose a los bordes de la cueva.

El demonio era enorme, medía más de tres metros. Su cuerpo era musculoso, tenía la piel roja como una cereza, con ojos amarillos, colmillos grandes, cabello negro y un enorme par de cuernos en su cabeza. Tenía pezuñas y un taparrabos de piel de lobo.

—¿Quién interrumpe mi sueño? —El demonio tenía la voz tan grave como un trueno.

El cazador y los wiccas retrocedieron.

Ars Goetia —conjuró Vance—: Cadenas Sagradas.

De sus manos emergieron cadenas fantasmales que ataron al demonio. Este se sacudió para tratar de liberarse, mientras que Steylsen y Hardstark le disparaban bolas de energía dorada. El demonio rompió las cadenas, se movió con rapidez y se dirigió hacia Hardstark.

—¡Voy a devorarte! —rugió.

Hardstark lanzó un grito que pudo hacerse pasar por un grito de guerra o de valentía, pero en verdad estaba aterrado. Extendió su mano y disparó un rayo de energía que atravesó el estómago del demonio, pero se regeneró casi instantáneamente.

Steylsen corrió hacia Hardstark y se lanzó sobre él para apartarlo y evitar que la enorme mano del demonio lo atrapara. Ambos cayeron a un lado y volvieron la vista hacia Vance. Este había desenvainado el sable azul; las letras hebreas en su hoja resplandecían y el sable fue envuelto por un aura plateada.

After Death - Libro I: Demonios del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora