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Lorna dio acceso a Norbert que tocaba a su puerta minutos después de ver partir a Fenrir, continuaba en la ventana, aspirando profundamente el aroma del macho.

Norbert: Lamento interrumpirla, el amo Fenrir me ha pedido que vaya al pueblo a comprarle un celular, ¿se le ofrece algo más del pueblo? (La joven se emocionó al saber que el macho se había interesado por ella, solo Frederick lo había hecho antes, pero la sensación era muy diferente, con el vampiro era paternal, con el licántropo la atracción carnal era innegable).

Lorna: Voy contigo, si el celular es para mí, me gustaría escogerlo personalmente.

Norbert: Al amo no le gustará saber que salió del castillo.

Lorna: Tonterías, no esperará realmente que me la pase aquí encerrada.

Norbert: En realidad, creo que sí, es justo eso lo que espera.

La mestiza no tomó en serio las palabras del amable anciano y entusiasmada fue con él a buscar el móvil. El chico que se los vendió, encantado por la belleza de la joven, la instruyó para usarlo, no podía creer que una chica de esa edad nunca hubiese poseído un celular. Aprovecharon para dar un paseo por el pueblo y adquirir algunos artículos de limpieza con aroma a pino, el mayordomo sabía eran los preferidos de su amo.

Al regresar al castillo, medita en escribirle a Fenrir para agradecerle el obsequio, y después de pensarlo por un buen rato, se anima a hacerlo.

*Lorna: Este es mi número celular, muchas gracias por el obsequio.

*Fenrir: Mantenlo siempre contigo y graba el número de Norbert también, si llegas a necesitar cualquier cosa a cualquier hora, solo llama o escríbeme, como lo prefieras, estaré al pendiente del teléfono.

*Lorna: Gracias, que la buena fortuna guíe tus pasos.

El licántropo deseó responder a sus buenos deseos de la misma forma educada y amable con que ella lo había hecho, pero no era algo que él supiera manejar, por más recomendaciones y consejos que había recibido de Frederick, ese tipo de cordialidades no eran lo suyo, permaneció observando la pantalla sin saber qué responder hasta que sintiéndose estúpido, optó por guardar el celular.

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La sede del Gran Consejo se encontraba situada en Londres, solo los vampiros más antiguos y acaudalados formaban parte, un grupo selecto de la aristocracia vampírica, entre ellos su Sire. Fenrir acudió con una carta escrita y sellada con su escudo en cera por el mismo vampiro. Frederick había dejado todo preparado, incluso el cómo notificar su muerte.

Concertar una cita con ellos podía llevar semanas, incluso meses dependiendo de la premura del acontecimiento, pero ya que se sabía que el licántropo era el honorable Guardián de Erskine, solo llevó un par de días. El fatal suceso consternó a los presentes, nadie esperaba que uno de los más poderosos vampiros fuera asesinado, mucho menos ahora, que se encontraba prácticamente retirado de cualquier asunto que pudiera implicar alguna riña.

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Lorna se sentía muy sola rodeada de aquellas enormes paredes, no se concentraba en su lectura y las palabras de Fenrir resonaban en su cabeza; era demasiado pequeña para cazar, ya alguna ocasión lo había intentado sin éxito, pero no se daría por vencida. Buscó algo que la instruyera al respecto entre la biblioteca del vampiro, pero no encontró nada que le fuera útil, así que buscó en la web, descubrió videos de lobos cazando y se aventuró a intentarlo, al fin y al cabo no había nadie que pudiera ver los terribles errores de principiante.

Guardián Vinculado ante la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora