Capítulo 5

37 10 3
                                    

Capítulo 5

-No lo puedo creer- exclama Isabella apenas abro la puerta de entrada de mi casa, pasa como reina del lugar y se tira sobre el sillón de la sala principal.

Ruedo los ojos mientras me dirijo a la cocina, tenía preparada Coca Cola y uno que otro dulce, cuando vuelvo a donde ella se encuentra puedo ver que busca alguna película que ver, pero seguramente no la veríamos, esta tan concentrada en escuchar lo que le tengo que contar que no le prestaría atención a nada más.

-Pasaron días desde eso, no puedes estar tan intensa- ella abre los ojos como si le hubiera dicho una barbaridad, bufa con enfado y le da un trago a su gaseosa.

-Pasaron tres días Anissa, y no me contaste ni una cuarta parte de lo que pasó, ¿sabes lo que es enterarme que mi amiga casi mata a un tipo a la noche siguiente? ¡Y encima por mi hermano! Ese cabeza de termo supo primero que yo.- cruza sus brazos y mira a otro lado ignorándome, no me gusta que se enoje conmigo, me genera alergias. No sabía cómo decirle lo que pasó sin que se aleje de mi.-Amiga ya sé que estás loca, puede pasar de todo dentro de esa cabecita- sus dedos tocan mi frente y yo cierro los ojos al tacto.

Tomo un chocolate y lo consumo en silencio, las heridas se están curando rápido, las cuido de cualquier manera, apenas y escuché lo que me recomendaba Daxon.

Daxon...

El dueño de mis sueños.

-¡Por Dios Anissa presta atención!- vuelvo a la realidad mientras pestañeo unas cuantas veces, observo a mi amiga que me mira indignada- Seguro estabas pensando en ese tipo- agarra unos caramelos y me los tira a la cara.

-Si- contesto simplemente elevando mis hombros con indiferencia- Bien... ya sabes la primera parte, pasemos a lo mejor- rueda los ojos y asiente lentamente- Estaba hecha mierda, pero él llega y me empieza a ayudar, fue el quien me curó- le señalo donde estaban mis heridas- No hablamos mucho, intentó ayudarme por puro compromiso, al menos estuvo una media hora pero no sé..-

-¿Lo trataste bien?- asiento con una sonrisa de niña buena- Eres muy rara Anissa, eres capaz de perseguirlo hasta su casa- agarro el control remoto y comienzo a pasar los canales, buscando algo interesante- Ani no tienes que decirme que te obsesionaste porque ya lo sé, y estoy segura que lo intentaste ubicar- vuelvo mi mirada a ella y pongo la mejor cara de enojo que tengo.

-No lo intenté- Isabella suspira, le manda unos mensajes a su madre y se termina el chocolate que yo estaba comiendo-Además no es una persona que se interesaría en mí, menos después de ver como quería matar a un hombre- ella sabe que mentía.

Y mentía muy mal.

-Solo te pido que no hagas ninguna locura, o por lo menos avísame antes- termina la conversación y se concentra en una película recién empezada.

Isabella se quedaría esta noche, mis padres no se oponen, ni siquiera sé si saben, desde ese día están distantes y no me dirigen palabra, por lo menos tengo sabido que mi abuela sigue viva y fuera de peligro.

Preparo la parte donde ella dormiría, le dejo agua a Rud y nos encerramos en mi habitación, con más chucherías y pizza fría. Estaba buscando algo en mi laptop, seguramente música.

-Vine a buscar porno pero las búsquedas están limpias, niña buena- suelto una carcajada y me recuesto en mi cama, esperando a seguirle el juego.

-Lo único sucio que hay en mi vida son mis sueños con el oficial- bromeo con ella, suelta una risita y sigue navegando por varias páginas, pasando el tiempo hasta que empiece a estar cansada.

Sucio, no considero la sexualidad algo sucio, creo que hay peores cosas que puedan manchar.

Luego de unos minutos Isabella se duerme, apenas entra luz de mi ventana que ilumina mínimamente mi habitación, y la observo. Es hermosa, puedo describir todas las cosas que siento por ella, siento todo, desde que la conocí no puedo vivir sin ella, se volvió una relación posesiva, una "amistad" toxica.

Pero solo yo actúo así, ella lo reconoce y comprende.

Me dolía el pecho cuando se despedía de mí, mi ira crecía cuando hablaba con otra muchacha que no era yo, ella es el centro de mi vida, además de Rud. Podría estar enamorada, es un sentimiento tan fuerte y obsesivo que siento que me rompo a pedazos cuando discutimos por cualquier cosa, pero yo tengo asegurado que Isabella no es una persona que quiero para mi vida sexual, solo afectiva y todo lo demás, ella es mi hermana, amiga, yo soy feliz si hasta me llamara su mascota.

Cierro los ojos con una sonrisa y a los minutos me duermo.

ANISSA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora