Capítulo 10

42 7 3
                                    

Capítulo 10

-¿Puedes salir del baño?- pregunta Daxon con irritación, detrás de la puerta que nos separaba a ambos

-Estoy ocupada, vuelva en otro momento- le contesto como si de una llamara se tratase sin vacilar ignorando su desespero, mientras cruzaba mis piernas estando sentada sobre el inodoro que aún no usaba y no pensaba usar.

Escucho a Daxon bufar exasperado, pero se retira después de unos minutos. Era la segunda vez que venía. Luego de la situación que pasamos, en mi inconsciencia me escapo de su oficina y encuentro los baños de la comisaría, donde me encierro en uno de los cubículos femeninos y disfruto de mi propia miseria, mientras observo videos de gatitos.

Estaba enfadada conmigo misma, por el simple hecho de disfrutar su dominación y admirar su manera de provocarme, me confundía conmigo misma.

Escucho el cerrojo de la puerta principal querer abrirse y mis sentidos se activan, no estaba lo suficientemente preparada para verlo sin la necesidad de querer tirarmelo en menos de dos segundos.

Todavía estaba protegida por la puerta que cierra este cubículo, no podía atravesarla a menos que...

-Sal de ahí- habla el oficial calmado, había roto de manera rápida el cerrojo de la puerta dejándome vulnerable bajo su vista.

Todavía me quedé sentada, sin la necesidad de levantarme del incómodo asiento, pero ésta vez no observaba el celular, si no que debía de alzar la cabeza para mirar los ojos del único hombre en los baños. Él respiraba con dificultad, por la desesperación tal vez, su uniforme estaba tan desarreglado que lo hacía ver más atractivo, sostenía la rota manija de la puerta en su mano derecha mientras apoyaba su lado izquierdo sobre donde debería estar la puerta.

-Pude haber estado cagando, eso sería incómodo- comento para romper el silencio tenso, el oficial rueda los ojos y se agacha para agarrar mi muñeca con su mano libre, empujándome hacia él para poder salir de una vez de ese baño.

-Tienes suerte de que no haya mucha gente, o sería un poco más duro contigo- abro los ojos como platos, sonriendo mínimamente por pensar con segundas intenciones lo que dijo. -No era necesario que te escondas, no pensé que tendrías vergüenza- me suelto de el como si quemara y lo observo con furia.

-No tuve vergüenza, me enojé y escapé- contesto ignorando su persona, pasando hacia los lavatorios y mojando un poco mis manos, suspirando con irritación.

Siento que se acerca a mi con pasos lentos, hasta quedar lo suficientemente cerca de mi espalda, mi corazón se desborda completamente por el mínimo tacto. Trato de ignorar el hecho que se encuentra detrás mío y me dispongo a mojar mis muñecas.

-¿Enojada porque no te di un orgasmo? Un poco débil de tu parte- suelta una risa descarada, con confusión doy media vuelta quedando frente a el, tan cerca que podía sentir su respiración entrecortada, mis manos se mantenían mojadas pero no sentía la necesidad de secarlas.

-Enojada porque perdí el control de la situación- aclaro, entrecerrando mis rasgados ojos y observando como su rostro mantiene una expresión confusa.

Una sonrisa nace en sus labios, acción que eriza mi piel. Posa su manos sobre mi cintura y me acerca aun más hacia el.

-¿Esto es un juego para saber quién es el gato y quién el ratón?- frunzo el ceño a su comentario-Si tanto quieres dominar, esfuerzate en hacerlo- muerdo mi labio escondiendo mi cabeza entre su duro pecho, tratando de reprimir una carcajada, pero luego la levanto rápidamente.

-Oficial, su boca dice muchas cosas extrañas- le sonrío con sorna y me salgo de su agarre, buscando mi celular que lo había dejado en el suelo del cubículo, aun así no quitaba mi vista del policía, que podía observarlo desde los espejos.-Antes de intentar dominarte, prefiero una cita- mis labios forman una gigante sonrisa que hace temblar al policía.

-Prefiero no tener nada contigo, eres desagradable- Daxon cruza sus brazos y apoya su cadera del lado izquierdo sobre el lavamanos, mientras me observaba tomar unos metros de distancia.

-Adoro fastidiarte, hace más divertido nuestro vínculo- digo en forma de broma, dejando caer mi espalda sobre la fría pared cercana a la puerta de salida, mirando fijamente al hombre tenso que tengo en frente.

-Linda niña que se entretiene con el sufrimiento ajeno, aplaudo tu magnífica salud mental- ruedo los ojos y muerdo mi lengua. Estaba a punto de responderle pero un ruido de la salida atrae completamente nuestra atención.

-Jóvenes el recreo terminó, dejen las cochinadas y salgan de ahí- se escucha desde afuera una voz varonil con un tono de diversión, creo saber de quien se trataba y eso me relajó un poco.

Daxon se acerca con pasos largos y abre precipitadamente la salida, en ésta se encuentra el oficial unos centímetros menor que yo, quien se tambalea por perder el equilibrio luego de apoyarse en la puerta, seguramente queriendo escuchar nuestra conversación.

-Joder amigo, creí que por fin podría verte relajado pero estás con un humor de perros, peor que el de siempre- el oficial de color me sonríe e intenta acercarse a mi persona, pero el hombre más grande lo detiene.

-Vete Dante- el nombrado rueda los ojos y se retira con pasos enfadados, como si de un niño se tratase. -Me voy, si sigues apareciendo por aquí, no dejes que los comisarios te echen un ojo.- sus ojos reflejan seriedad, pero le sonrío de vuelta.

-No sea celoso oficial, solo tengo ojos para usted- Daxon rueda los ojos y se retira quedando yo sola sobre el silencioso lugar.

¿Acaso es una invitación a que siga apareciendo?

ANISSA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora