Capítulo 13

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Capítulo 13

Que espectáculo...

Los oficiales sostenían al ya despierto asaltante e intentaban llevarlo a la patrulla, un poco difícil porque se resistía y era un hombre un poco grande. Luego de terminar el snack, un oficial se acerca a donde me encuentro sentada y tapa mi visión de lo que sucedía.

-Lograste dejar inconsciente a un criminal, gran tiro- le sonrío cortésmente y pierdo el interés en el uniformado. Mientras me comentaba una que otra tontería, siento una segunda presencia y fijo mi mirada en la otra persona que se acercó.

-Escuché que de pura suerte desnucaste al tipo ese, ¿cómo lo haz hecho siendo tan escuálida?- Dante, colega de Dax me habla precipitadamente con una sonrisa y toma asiento junto a mi, confundiendo al otro oficial presente. Le sonrío al policía de color y le presto atención completamente.

-Me gusta el béisbol- comento en broma, Dante suelta una carcajada y me toma el brazo mientras se levanta, obligándome a pararme junto a el.

-Comisario, conozco a la muchacha, la llevaré a comisaria para que entre en calor y nos entregue su declaración- el policía quiero creer a cargo asiente despacio y aun confundido.

-10-4...- susurra al segundo que desaparezco junto a Dante.

Ya sentada en los asientos traseros de la patrulla, Dante comienza a manejar y en ese lapso de segundos prende la calefacción, le agradezco internamente.

-Te daré un café ni bien lleguemos, pareces un perrito mojado, uno feo- frunzo el ceño ante su comparación, casi río pero no quería darle el gusto de que su comentario me dio risa.

Todavía seguía vigente la tormenta, en unos pocos minutos llegamos a la comisaría que ya conocía. El policía deja la patrulla en un estacionamiento especifico y bajamos para caminar hasta la entrada principal del lugar, al ser un domingo se veía muy poca gente, ni siquiera se encontraba la vieja secretaria.

-Quédate aquí, te traeré algo para que te seques y un café- asiento conforme y me siento sobre las sillas de espera, tomando una revista que en su tapa se encontraba Jennifer Lawrence. No presto atención a mi entorno, realmente los "beauty tips" de la revista eran entretenidos.

Mi nariz comienza a picar al sentir un perfume exquisito, que ya conocía, mi corazón se desborda al segundo y levanto mi mirada de la revista para observar una espalda recta, grande, y no olvidemos de sus largos hombros que conocía muy bien, podía jurar que desde mi posición su trasero se veía mejor que nunca. Daxon de espaldas a mi parecía haber llevado unos papeles a recepcion, y estar muy concentrado en ellos, contaba con su uniforme de siempre -camisa blanca, tirantes y pantalón oscuro- y su cabello desordenado, viendose tan atractivo como siempre...

-Tan lindo...- suelto con un suspiro, llamando la atención del policía que acelera mi corazón a cada minuto. Frunce el ceño confundido al verme ahí sentada, relajada leyendo una revista para adolescentes.

-Anissa, ¿qué haces aquí?- pregunta interrogante, posando ambas manos en su cintura, debo levantar mi mirada para observarlo porque es muy alto.

-Yo...- comienzo a hablar pero me interrumpe la llegada de Dante, con las cosas que anteriormente había nombrado, me entrega el café y posa la toalla sobre mis hombres, bajo la atenta mirada dura de Daxon.

-Hola amigo- saluda el oficial más bajo, Dax se queda callado esperando una respuesta pero al no conseguir ninguna rueda los ojos.

-Dante, ¿qué es esto?, ¿qué hace ella aquí?- una sonrisa se dibuja en mis labios, pero trato de taparla con el vaso de café.

-Oh si, mató a un hombre- afirma con una sonrisa, dando un trago de su café, que también se pidió uno.

-¿¡Qué!?- grita Daxon dando unos pasos hacia atrás, sobresaltándonos a ambos, suelto una carcajada que descoloca al oficial asustado.

-Claro que no, salvé a una viejita de un robo- digo con una sonrisa, estremecida por el enfado que contenían los ojos del oficial. Pasa su gran mano por su cara en modo de frustración y observa a Dante con disgusto, este se encoge de hombros desinteresado y busca unos papeles en los armarios de la recepción. Vuelve con estos pero Daxon los quita rápidamente de sus manos, que se asusta por el repentino movimiento del oficial.

-Lo haré yo, ve a dejar tus cosas- observo como su compañero asiente resignado a su orden y se retira no sin antes lanzarme una sonrisa en forma de saludo.

Daxon comienza a caminar hasta su oficina, lejos de la entrada, los pasillos se encontraban vacíos así que no había oficiales o personas molestando, al llegar se hace a un lado mientras abría la puerta, permitiendo que entre primero. Cierra la puerta mientras yo tomo asiento sobre su escritorio, como anteriormente lo había hecho, él no dice ninguna palabra, ninguna queja. Dejo a la mitad mi caliente bebida amarga y estiro mi brazo hacia el oficial, quien ya sentado me observa con recelo, toma el vaso y comienza a tomar su contenido, lo observo con una sonrisa.

-¿Qué pasó ahí?... ¿O porqué estabas bajo la lluvia sin paraguas, ni ropa para la ocasión?- suspiro con dramatismo, mientras de reojo observaba como ingería mi café.

-Iba bajo la lluvia, como alma perdida- toco mi pecho con mi mano, actuando con sufrimiento- hasta que observo una pobre anciana que le intentaban robar, en mi valentía desnuco al idiota y aquí estoy, contigo.- terminó con una sonrisa, fijando mis provocadores ojos sobre él. -Espera... ¿es necesario esto?- pregunto mientras curioseaba los lapices de su escritorio.

-En realidad no- me sorprendo a su contestación, se relaja en su asiento y parece querer proseguir con preguntas- ¿Por qué caminabas bajo la lluvia?- pregunta, quitando de mis dedos uno de sus lapices.

-Estaba aburrida y quería visitarte- contesto con simpleza, quitándome la toalla de mi espalda bajo su atenta mirada.

-Bien... ya me viste, te llevaré a tu casa- abro los ojos como platos debido a su mandato, me retiro del escritorio y espero a que el se levante. Luego de que toma su saco, salimos de su oficina en silencio y voy detrás de el, me permito a admirar su trasero, esos pantalones le sientan muy bien... hasta que me observa sobre su hombro pero paso desapercibida de observar su trasero con una sonrisa y seguimos el camino.

Saludo con mi mano a Dante, quien me saluda de la misma forma mientras comía una dona y pasamos por la entrada, donde al mismo tiempo ingresaban los oficiales que antes había visto, entre ellos el que me había hablado, quien observa dudoso a un relajado Daxon y a mi a unos centímetros de el, le lanzo una sonrisa falsa y me retiro de la comisaria.

Toma del estacionamiento el que sería su auto, a pesar de encontrarse con su uniforme no era necesaria una patrulla. Con sus ojos dirige su mirada de mi al asiento copiloto, invitando a que me siente en este, le hago caso y arranca el coche, me dispongo a prender con confianza el radio, sintiendo la mirada de reojo del oficial, y reproduzco alguna canción que conozca.

-¿Quieres tomar un café en mi casa?- pregunto sobre el largo silencio, llamando la atención del oficial, quien iba concentrado en las velocidades del auto.

-Estoy de servicio- contesta en cortas palabras, ruedo los ojos, se comunica con tan pocas oraciones que me dan ganas de lanzarle un glosario.

-Serán unos minutos, tengo una cafetera rápida- Daxon asiente lentamente, y llegaba a notar una mínima sonrisa en sus labios.

ANISSA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora