Capítulo 16

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Capítulo 16

Con su abrigo en mis hombros, comienza a limpiar mi herida con un pañuelo que encontramos en mi cartera. Es cuidadoso, está enfocado en su trabajo, quería llorar de solo saber que lo tenía junto a mi, ayudándome, se veía tan atractivo bajo esta oscura y fresca noche.

-No debías recurrir a la violencia- empieza a hablar, ruedo los ojos por su tema de conversación, no quería discutir con el, se veía lindo limpiando mi mano.

-Se lo merecía....- levanta su cabeza y conectamos las miradas.

-No era necesario- aclara terminando el tema mientras dobla el pañuelo -Saca la lengua- frunciendo el ceño le hago caso y este pasa el pañuelo por mi lengua, se moja un poco y lo pasa por mi pecho descubierto, trago con dificultad al mínimo tacto. -Salpicó un poco de sangre aquí...- susurra sin mirarme, pero estaba deseando con locura que me mirara a los ojos.

Noto unos pequeños rastros de mi sangre en sus mejillas, puede que lo haya tocado y ambos no nos dimos cuenta. Termina de limpiar cerca de mis clavículas y deja que el pañuelo se mantenga presionado en mi mano, antes de que el oficial diga algo tomo delicadamente su rostro con mis manos y mi pulgar derecho trata de limpiar la sangre seca, pero ésta no abandona sus mejillas.

Miro sus ojos unos segundos pensando seriamente mis movimientos, sin pudor me acerco y paso mi lengua por esa zona, Daxon abre los ojos como platos pero no se mueve del lugar, solo me observa sin disimulo, conectamos miradas por unos segundos pero prosigo la limpieza y la sangre sale por completo.

Daxon se acerca lentamente, tanto que siento nuestras respiraciones mezclarse con suavidad, recorre su mirada por mis labios hasta llegar a mis ojos, sus pupilas se encontraban dilatadas como aquella vez en su oficina, y puedo jurar que yo estaba igual.

Desesperada por la tensión tomo su nuca y lo beso con brusquedad, me sigue los movimientos y sus manos se alojan en mi cintura acariciando con dulzura.

Cuidadosamente caemos acostados sobre el techo, su mano recorre mi abdomen hasta llegar a mis senos, que los toca por arriba de mi vestido y se sentía muy bien. Su otra mano acaricia mi pierna, erizando mi piel al simple tacto. Suelta mis labios y besa mi cuello, dejando alguna que otra mordida que me retorcía a mas no poder.

-No espera- hablo cortando el momento, me observa confundido -No lo haremos aquí, es poco higiénico- sonríe y me da un casto beso.

Ambos nos levantamos del techo ajeno y agachados caminamos hacia las escaleras, sin olvidar su abrigo que quedó ahí tirado. Primero baja Daxon y luego yo, antes de tocar el suelo toma mi cintura para ayudarme a bajar sin que resbale, acomoda mi vestido rápidamente y caminamos hacia su auto que no se encontraba lejos, al entrar al coche en un movimiento rápido baja por completo mi asiento, grito de sorpresa por la acción.

Sin apresurarse se acomoda sobre mis piernas y vuelve a besarme con efusión, mis dedos se enredan en su castaño cabello mientras disfruto cada caricia que me otorgaba. Desnuda mis pechos y comienza a jugar con ellos, explora uno de mis pezones y los lame con efusión, exploto del placer, pidiendo más, con mis manos desprendo su cinturón y aflojo su pantalón, masajeando su erección.

Flexiona mis piernas levantando el vestido hasta mi abdomen. Sin apartar su mirada de la mía baja su pantalón para liberar su miembro erecto, se acerca a mi y comienza a recorrer mi entrada con sus dedos. Suelto unos gemidos bajo su atenta mirada, estaba aturdida y sus lentos toques eran dolorosos, lo necesitaba.

Me apoyo sobre mis antebrazos y observo como se coloca el preservativo, admiro como su mano grande con algunas heridas superficiales, venas marcada, rodeaba su miembro con lentitud, tapándolo completamente con el objeto de latex, lamo mis labios de la excitación y vuelvo a mi posición, deseando su contacto.

Roza su miembro en mi entrada, algo tan exquisito que me hacía a temblar. El calor del ambiente se notaba, mordía mi labio hasta hacerlo sangrar.

-Te necesito Anissa, quiero que grites mi nombre todo el puto rato- su voz ronca me estremece, con desesperación lo acerco a mi besándolo con insistencia.

-Entonces toma todo lo que necesites- susurro con lujuria.

Levanta mis caderas y corriendo a un lado las bragas empapadas me penetra plenamente, una sensación de placer me recorre la espina dorsal. Aumenta la velocidad mientras lleva sus dedos a mi sensible clítoris, frotando hasta nublar mi mente. Mis pechos son presionados por su cuerpo y clavo mis uñas en su espalda, esto era demasiado.

-Por Dios Daxon...- gimo mientras me sentía fallecer bajo el, subía y bajaba las caderas buscando más placer, más contacto.

Disfrutaba cada tacto, cada movimiento era una locura.

-Dime que me deseas, tanto como yo te deseo desde hace varios malditos días- ordena entrecortado, me satisface al cien por ciento oírlo.

Quiero contestar pero se me nubla la vista, mis manos hormiguean mientras acaricio sus pectorales al sentir mis nervios explotar de la excitación, estaba por llegar al climax.

Gimo con intensidad al estar llena, por haber tenido un orgasmo de locura. Daxon gruñe con dureza mientras sobresalen sus venas teniendo su mayor satisfacción, su cabello se mantenía pegado en su frente por el sudor, ambos temblábamos del éxtasis.

Había cumplido todas mis expectativas.

Sale lentamente de mi mientras besa suavemente mi mentón, nariz, hasta aproximarse a mi labio inferior, que lo muerde con disfrute.

Se retira de arriba mío y siento un frío corporal, realmente gozaba tenerlo encima. Se acomoda rápidamente el pantalón y levanta el asiento copiloto, conmigo en el.

Acomoda lentamente mis senos, tapándolos correctamente con mi vestido y pienso en colocarme mis bragas, pero prefiero sacármelas.

Me acerco arrodillada al policía que ya se encuentra en el asiento piloto, y guardo en su bolsillo las bragas negras, la excitación recorre su mirada.

-Te deseo, demasiado, te adoro- le contesto con adoración, un brillo amanece en sus ojos. Beso la comisura de sus labios para luego acomodarme en mi asiento.

ANISSA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora