Capítulo 7 | El bar de buenos sándwiches

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Sam entro a aquel bar, parecía cálido y estaba lleno de muchas parejas jóvenes, camino por el estrecho pasillo que dividía las mesas y la pista de baile. Al fondo, junto a la barra se encontraba aquel rubio de ojos azules, con varias botellas de tequila y whisky. Parecía haber estado en vela toda la noche, su ropa estaba arrugada y su cabello revuelto. Se acercó hasta estar frente de él. 

—Espero que tengas una buena razón para hacerme venir—dijo Sam. Subió a la barra, una bolsa de papel mediana y la movió hasta el ojo azul. 

—¿Qué es esto? 

—Wanda pidió regresarte está basura, haz con ella lo que te plazca— el muchacho rápidamente abrió la bolsa y observó su contenido. Todas las fotos de ambos juntos, sus regalos, las notas entre clases, los peluches. Entonces sintió un vacío dentro de él, una sensación inexplicable, mezclada con dolor y enojo. —Ella... ¿Ella te lo dio? 

—Tu sabes la respuesta— Visión tomo entre sus manos, la foto de ellos juntos en la playa. Wanda lo besaba en la mejilla y él estaba completamente rojo. Recordaba aquel día, recordaba verla jugar con las olas y la arena. Sam no podía creer lo que veía, los ojos de Visión Bettany se llenaban de lágrimas, y su rostro melancólico. 

—La estoy perdiendo...

—La perdiste, esto es, parece definitivo. Cuando te fuiste, Wanda nunca se atrevió a tirar los recuerdos. Y yo sé, que muy en el fondo ella esperaba tu regreso pero no sé que la hizo cambiar de opinión. 

—¡SI LO SABES! — le gritó furioso y se levantó de la barra — Sí sabías que ella aún me quería, que podía recuperarla. ¿Porqué la dejaste que ese tipo la atrajera? ¿Steve, Clint...?

—James. 

—Como sea que se llame. ¿Porqué? —el rubio paso la mano por su cabello, debía controlarse o volvería a hacer una estupidez. 

—Porque ella se merece algo mejor que tú. Ella descubrió la verdad ¿Crees que alguien que jugó con ella, es fácil de perdonar? —Visión se quedó en silencio. Y ahora Sam se levantó— ¿Acaso no lo comprendes? 

—No todo fue un juego— dijo serio, Sam confuso volvió a su asiento—lo de la apuesta, es cierto, al igual que lo de las drogas. El plan era estar con ella unos dos meses y usarla como transporte, después terminaría con ella. Pero cuando la conocí y descubrí lo increíble que es, quise protegerla y aplace y aplace lo del transporte. Una noche me llamaron amenazándome y fue entonces cuando le di el collar... Pensé que estaba libre, incluso la noche que quise forzarla fue por, descontrol. Pero cuando descubrieron la verdad, me di cuenta de que en realidad la amaba y que estaba dispuesto a esperar lo necesario para recuperarla...— El muchacho hizo seña de servirles a ambos un trago de whisky— Y ahora que regreso, me encuentro con que Wanda está enamorada. ¿Como pudo olvidarme?

—Ella no te olvidó— el muchacho lo miro confuso— ella te superó, porque aún le duele el recuerdo, tal vez aún le quede un vago sentimiento por ti. Pero es más fuerte lo que siente por James. 

—¿Y si ella conociera la verdad?

—¿Crees que su enojo desaparecerá? No es tan fácil, las heridas no sanan así de fácil. Y tu visita, no fue precisamente bien recibida por nadie.

—Tengo que intentarlo. 

—Intenta lo que quieras. Pero el peso de los secretos y el pasado, no te ayudarán.


Dos meses después...


Wanda entro al laboratorio de química, el decano de la universidad la había citado desde temprano. Le dijo que tenía una importante misión para ella. Dentro de la habitación se encontraba el decano Massachusetts y sus colegas. Quienes se acercaron a ella y la saludaron con un beso de mejilla. 

La Ciencia del RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora