XXVIII
«2256»
«El futuro tiene muchos nombres.
Para los débiles es lo inalcanzable.
Para los temerosos, lo desconocido.
Para los valientes es la oportunidad».
Víctor Hugo
El tiempo que pasaba no se tomaba en cuenta hasta que se sacaba a la luz. Noventaicuatro días han pasado desde que las protestas empezaron, y lo que quedaba era esperar cuarentaiocho horas para ver si el dictamen de Diego en nombre del sur se hacía realidad; si la revolución era realidad. Pero sí lo era, y lo ha sido desde que inició la primera manifestación en nombre del sur contra todo su mal. Todo el sufrimiento que ha pasado estos días, las muertes, heridas y desapariciones fueron reflejadas en un infierno de 2256 horas.
Dos días antes de la marcha definitiva, el sur se preparaba de tal forma que no habría movilización hasta que fuera el 15 de abril. Aún había personas del norte que se manifestaban en las calles en contra del sur, pero estas no eran tomadas en cuenta como les gustaría, pues muchos estaban abriendo los ojos y viendo la realidad que en febrero vieron.
Las Cruces eran conscientes de que será una manifestación pacífica, ya no querían más violencia o represalias que se puedan ver en otras cinco noches, pero concordaban con las palabras de Diego cuando Castillo mencionó que le pareció una amenaza, por lo que el hombre podría mandar a oficiales o algo mucho peor para atacar a los protestantes. Por eso, Las Cruces han estado haciendo un recuento de todo el armamento que poseían. Desde que Carla sacó de la armería el revolver que llevó a la muerte de Juan, Las Cruces movieron las armas de lugar para que no sean de fácil acceso. De la misma forma que los Carroñeros tienen túneles debajo del Bronx, Las Cruces construyeron un pequeño almacén debajo de la oficina de la primera planta, donde allí se escondía todo el armamento.
Las Cruces contaban con una selección de cinco pistolas y dos revolver otorgados por un pandillero mayor que tuvo familiares en la guerra de hace algunos años. También tenían dos escopetas confiscadas de oficiales de policía que intentaron usarlas en algún disturbio provocado en la universidad. Por último, una basta selección de cocteles molotov junto a aturdidoras, los cuales solo se usaban en casos específicos cuando era necesario huir del lugar. Además, todos contaban con una pequeña navaja para defenderse de cualquier peligro inminente. Se podría que Las Cruces se sentían preparadas por si algo malo llegaba a ocurrir, pero esperaban no llegar a ese punto.
Mientras tanto, en la universidad muchos recurrían a Diego cuando lo veían. Tanto fueron las suplicas que el rubio tuvo que pedirle ayuda a Ander para que le prestase un micrófono de su equipo y poder relatar toda la información posible a los estudiantes. Algunos maestros escucharon y se sumaron a las propuestas del rubio. El discurso que manejaba Diego no había cambiado: será una marcha, la más dura y resistente de todas. Algunos querían que fuera pacífica, y Diego deseaba lo mismo. No obstante, el rubio recordaba con insistencia que cualquier cosa podría pasar, y aseguraba que en debido caso Las Cruces estarán allí para proteger a todo aquel indefenso.
En las clases también se hablaba de la situación, y los maestros incentivaban a sus estudiantes a participar en la marcha. Incluso, varios profesores acotaron que cancelarán algunos exámenes y trabajos, pues alegaban que es imposible estudiar y enseñar cuando la sociedad en la que se vive se está derrumbando desde los cimientos que la construyeron: los ciudadanos. El viernes pasado muchos declararon que sus clases se centrarán en los temas políticos actuales, y que las facultades de Artes, Humanidades, Ciencias y Deportes entrarían en el mismo estado de resistencia social. Aún faltaba la confirmación de la facultad de Tecnología y la Industrial, pero los estudiantes aseguraban que no se perderían la manifestación ni dejarían a sus compañeros de lado.
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Southern Souls. (En Edición)
Teen FictionNOTA: Esta edición de la historia está en proceso de cambios, sobre todo argumentales. A finales del año 2016, el gobierno de España decretó que el lado sur de la ciudad de Madrid era zona roja; cuna de la delincuencia, tráfico de drogas y hogar de...