Espero que les guste, escuchen la canción mientras lo leen, así lo escribí 😍
Domingo por la mañana, me desperezo, y una melodía llega a mis oídos, Chris en el piano, sonrío como tonta al escucharlo, adoro su buen humor en las mañanas, yo no era una "persona de mañanas" hasta que lo conocí y me contagió de sus ganas de despertar con el alba y tomar su delicioso café luego de haber meditado un rato.
Voy a la cocina por una taza de café caliente, hecho por Chris, lo pruebo y está delicioso, sigo mis pasos hacia la sala y entra en mi campo de visión, aunque no veo su rostro sé que está sonriendo mientras tararea la canción, una de sus favoritas.
Easy de Lionel Richie.
Luego de unos minutos en los que lo observo de espaldas decido acercarme, mis pasos amortiguados por la suave alformbra son imperceptibles y no se da cuenta de mi presencia hasta que llego a su lado.
Me observa con su dulce mirada, y una pequeña sonrisa que esconde su dentadura bajo sus labios rosados adorna su rostro, sin dejar de tocar la melodia, me invita a sentarme a su lado.
Me siento y observo sus agiles y delicadas manos tocar el piano, me dejo envolver por la música, y cierro mis ojos, respiro profundamente disfrutando del momento, la calidez de su cuerpo a mi lado y la música en mis oidos es todo un regalo este domingo por la mañana, luego de unos segundos termina la canción y abro mis ojos para encontrarme con sus ojos azules muy brillantes, como el sol que se asoma entre los grandes ventanales que tenemos el frente.
- Buenos dias hermosa - me da un corto besos en los labios.
- Buenos dias cariño.
- Luces preciosa ésta mañana - acaricia mi cabellera que cae encima de mi hombro.
- Amaneció rebelde - le digo en referencia a mis rizos, los vi en mi reflejo en el espejo del baño hace unos minutos.
- Estás más preciosa que nunca - le sonrío de vuelta y recuerdo la noche de anoche.
***
FlashbackNos encontramos en la habitación de Chris, el acomoda su pequeño bolso mientras yo elijo qué ropa llevar a nuestro pequeño viaje, iremos por un par de días a un sitio especial en las afueras de Massachusetts, una sopresa de Chris por mi cumpleaños el cual fue la semana anterior.
- Preciosa, no tienes que llevar tanta ropa - dice viendo mi maleta casi llena.- Te aseguro que estaremos mucho tiempo sin ella.
- Aunque sé y espero que sea así, no puedo evitar llevar todas éstas cosas, son indispensables para mi.- le sonrío con fingida inocencia.
- Si me sonríes así, podrías llevarte el closet entero - responde desde el otro lado de la cama, me acerco a el y me pongo de puntillas para acercarme a sus labios, me envuelve con sus brazos y compartimos un beso, suave, nuestros labios se rozan en una deliciosa danza que es interrumpida por el sonido de su teléfono celular.
Nos separamos y mira la pantalla, suspira y contesta la llamada.
- Hola.
- Si, dime.
Su semblante cambia totalmente.
- ¿Mañana? No puedo.
- No, no, puedo.